Efesios 2:11-18 - El intermediario

"Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo... ...porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu." 

Hay ciertos profesionales que no acaban de estar bien vistos por su trabajo que llevan a cabo, hay personas que tienen trabajos que pueden estar mal vistos o incluso se puede llegar a pensar que son prescindibles. Este grupo laboral son los intermediarios, estos en muchas ocasiones encarecen el producto, es cierto que a veces puedan aprovechar las circunstancias para sacar beneficio de otras personas, pero en ocasiones son realmente necesarios. Necesarios para mediar en conflictos, imprescindibles a la hora de gestionar situaciones que quizá el productor no sea capaz de llevar a cabo. Como en todo hay aprovechados y personas que trabajan y son legales.

Cuando Dios escogió a su pueblo, Él designó a los descendientes de Abraham como su pueblo, como sus escogidos, pero el pueblo siempre vivió en desobediencia, tomando su camino, entonces Dios decidió abrir una puerta a los gentiles y para esto era necesario un intermediario "Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo... ...porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu." Cristo fue el intermediario que nos unió a los gentiles con los judíos como un solo cuerpo.

Esta es una verdad importante y que debemos entender, el pueblo de Dios siempre ha sido y será Israel, los gentiles eramos sus enemigos, pero ellos rechazaron a Dios "a lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios." Los judíos rechazaron a Jesús y Él nos abrió la puerta para ser hijos de Dios.

Pero hacía falta alguien que nos reconciliara con Dios y ese alguien es Jesucristo, gracia a Él recibimos el perdón de los pecados, su sangre es la que ha firmado la adopción como hijos de Dios, nos ha abierto la puerta al trono de la gracia, nos ha dado el derecho y la herencia. Porque la misericordia de Dios es eterna y su amor infinito, nada ni nadie lo puede contener, que toda la gloria sea a Él, porque nos ha hecho parte de su cuerpo y herederos con Cristo.

AP

Comentarios