Efesios 3:1-7

"Si en verdad habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me fue dada para vosotros; que por revelación me fue dado a conocer el misterio, tal como antes os escribí brevemente."

La Biblia es un libro lleno de historias, un libro que nos presenta a personajes reales, de carne y hueso siendo instrumentos para cumplir el plan de Dios, Adán y Eva, Caín y Abel, Noé, moisés, Abraham, Isaac, Jacob, Saúl, David, Salomón, Jonás, Jesús, Pablo, Pedro, Juan, etc. Hombres que fueron parte del pan de Dios, del plan de la glorificación de Dios. Pero si la Biblia está llena de hombres que formaron parte, igualmente la Biblia habla de temas relacionados con el ser humano. Temas como la codicia, el amor, el matrimonio, el pecado, el divorcio, etc. 

Entre estos temas hay algunos que son verdaderos misterios, se consideran así porque son difíciles de entender para el ser humano o incluso imposibles de comprender. Uno de estos temas es el tema por excelencia que escribe Pablo. "Si en verdad habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me fue dada para vosotros; que por revelación me fue dado a conocer el misterio, tal como antes os escribí brevemente." Lo que Pablo escribe es un verdadero misterio, la gracia solo puede ser entendida cuando el mismo autor de ella, el Espíritu Santo la revela.

La gracia es un misterio por el simple motivo de que es contrario a la naturaleza humana. Las personas trabajamos, nos esforzamos por lograr nuestros objetivos, dedicamos nuestras vidas a superar a los demás, a ganarnos lo que nos merecemos. Compramos, vendemos, buscamos mejorar y ascender, es la vida del mérito, lo que tenemos lo hemos ganado.

Pero el corazón y la mente humana, nuestra naturaleza, no puede cambiar a no ser que el Espíritu Santo sea el que lo rebele. Esto le paso a Pablo, pudo comprender que su nacimiento no fue casualidad, que Dios le había predestinado, siguiendo un proceso "y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó. " y estas personas no eran merecedoras, esto es la gracia real, la salvación de quien no lo merece porque Dios así desea hacerlo.

Hoy en día muchos cristianos son incapaces de vivir y disfrutar de la gracia, continúan anclados en la ley, siguen bajo la esclavitud de la letra, debemos orar por ellos porque la comprensión de la gracia permite disfrutar mucho más de lo que Dios es, la seguridad de sabernos predestinados nos da la tranquilidad de vivir una vida plena en Dios. Pablo recibió la revelación de lo que es la gracia, solo el Espíritu puede abrirnos los ojos antes esta realidad. 

AP


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