Efesios 3:8-12 - Sucesores de Jesús

"A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo, y sacar a luz cuál es la dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto en Dios, creador de todas las cosas; a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en las regiones celestiales"

George Whitefield ha sido uno de los más grandes predicadores de la historia del cristianismo, por medio de él Dios decidió derramar de su espíritu y avivar Reino Unido, por su sola misericordia. Whitefield dedicó su vida a la predicación del evangelio y de la gracia, pero no solo se quedó con su labor en Reino Unido sino que Dios le guio hacia los Estados Unidos donde Dios le utilizaría para avivar aquel lugar. Sin ninguna duda Whitefield puede considerarse un buen sucesor de Pablo por su amor no solo a la predicación, sino también a la realidad de las misiones.

Pablo se consideró un privilegiado por poder llevar el mensaje de la cruz y de la gracia por todas las tierras "A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo, y sacar a luz cuál es la dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto en Dios, creador de todas las cosas; a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en las regiones celestiales"

Pablo se sintió un privilegiado teniendo en cuenta todos los siervos que Dios había utilizado que él fuese el encomendado de escribir y transmitir la verdad de la gracia. Pablo quiso transmitir esta pasión que él sentía y dejar el legado de la gran comisión que la iglesia había recibido de Cristo. Es cierto que en ciertas personas Dios despierta un interés y un llamado sobre la misión en otros países, pero es labor de la iglesia transmitir el evangelio allí donde este situada.

El ministerio de todo cristiano y por lo tanto de la iglesia se resumen en dos puntos, el primero es sin ninguna duda amar a Dios y el segundo predicar el evangelio, esta es el gran defecto de nuestro tiempo la falta de carga por los que se pierden, se hace mucha obra social, lo cual es bueno, pero el verdadero llamado es a hablar de Dios. Estamos en tiempos de necesidad espiritual, es nuestra misión y nuestro privilegio compartir el evangelio, hoy es el momento ideal para hacerlo, solo clama a Dios por quienes están a tu alrededor y pídele que te abra puertas y situaciones para llevarlo a cabo.

AP

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