"A mí, que soy menos que el
más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los
gentiles las inescrutables riquezas de Cristo, y sacar a luz cuál es la
dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto en Dios, creador
de todas las cosas; a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a
conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en las regiones
celestiales"
George
Whitefield ha sido uno de los más grandes predicadores de la historia del
cristianismo, por medio de él Dios decidió derramar de su espíritu y avivar
Reino Unido, por su sola misericordia. Whitefield dedicó su vida a la
predicación del evangelio y de la gracia, pero no solo se quedó con su labor en
Reino Unido sino que Dios le guio hacia los Estados Unidos donde Dios le
utilizaría para avivar aquel lugar. Sin ninguna duda Whitefield puede
considerarse un buen sucesor de Pablo por su amor no solo a la predicación,
sino también a la realidad de las misiones.
Pablo
se consideró un privilegiado por poder llevar el mensaje de la cruz y de la
gracia por todas las tierras "A mí,
que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia:
anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo, y sacar a luz
cuál es la dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto en
Dios, creador de todas las cosas; a fin de que la infinita sabiduría de Dios
sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades
en las regiones celestiales"
Pablo
se sintió un privilegiado teniendo en cuenta todos los siervos que Dios había
utilizado que él fuese el encomendado de escribir y transmitir la verdad de la
gracia. Pablo quiso transmitir esta pasión que él sentía y dejar el legado de
la gran comisión que la iglesia había recibido de Cristo. Es cierto que en
ciertas personas Dios despierta un interés y un llamado sobre la misión en
otros países, pero es labor de la iglesia transmitir el evangelio allí donde
este situada.
El
ministerio de todo cristiano y por lo tanto de la iglesia se resumen en dos
puntos, el primero es sin ninguna duda amar a Dios y el segundo predicar el
evangelio, esta es el gran defecto de nuestro tiempo la falta de carga por los
que se pierden, se hace mucha obra social, lo cual es bueno, pero el verdadero
llamado es a hablar de Dios. Estamos en tiempos de necesidad espiritual, es
nuestra misión y nuestro privilegio compartir el evangelio, hoy es el momento
ideal para hacerlo, solo clama a Dios por quienes están a tu alrededor y pídele
que te abra puertas y situaciones para llevarlo a cabo.
AP
Comentarios
Publicar un comentario