Efesios 4:26-27 - Arréglate

“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.”

Airarse es algo habitual en el día a día de los seres humanos, todos conocemos personas y vivimos situaciones que pueden enfadarnos. El marido, la mujer, los compañeros de trabajo, los jefes, los amigos, los vecinos, todos estos y muchos más son serios candidatos para que nos hagan enfadar, al fin y al cabo todos somos imperfectos. Cuantos matrimonios se rompen por enfados que no se arreglan, cuantas amistades quebradas por un malentendido que no se arregló a tiempo. La realidad es que en mayor o menor medida, todos nos enfadamos en algún momento de nuestra vida.

Pablo en sus cartas suele utilizar los primeros capítulos para expresar ciertos conceptos teológicos y hacia el final empieza a expresar la práctica de estos conceptos o simplemente ofrece consejos para vivir una vida que glorifique a Dios. Sin duda este es uno de los más llamativos y creo que también difícil de cumplir “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” ¿Es esto posible? Hay tres características que podemos ver aquí.

-       Autocontrol: “Airaos, pero no pequéis”. Durante nuestro día a día por supuesto va a haber situaciones en las que vamos a hacer cosas que puedan molestar a otros y dondeo otros harán cosas que nos molesten a nosotros. La clave no esta si nos enfadaremos o no, lo realmente importante es como reaccionaremos, podemos enfadarnos y mostrar nuestra queja, ya sea con palabras o con hechos, pero si la reacción hiere a otro, sin duda nos estaremos equivocando. El enfado nunca nos debe llevar al punto de perder el control ni decir cosas que luego nos arrepentiremos.

-       Humildad: “No se ponga el sol sobre vuestro enojo”. Nadie debería irse a dormir enfadado con otra persona. La cama es el lugar en que nuestra cabeza, antes de dormirse da vueltas y más vueltas, donde amplifica los problemas. Cada día debiéramos dejar resueltos nuestros problemas. El perdón no es un sentimiento es una decisión, la decisión de que aunque te vuelvas a enfadar no volverás a echar en cara lo que pasó, este es el verdadero perdón, y para perdonar hay que tener humildad y mirar al otro como superior a ti mismo.

-       Inteligencia: “Ni deis lugar al diablo”. Cuando ves a dos personas en la calle que se gritan y se insultan la imagen que dan es realmente lamentable, si estas personas son cristianas y quienes le ven lo saben, sin duda es más lamentable aún, porque están dando mala imagen de lo que Dios es. El enfado es una puerta abierta para que Satanás realice sus maquinaciones, para ponernos unos contra otros, para crear rencor en el corazón. No se lo permitamos, no dejemos pasar mucho tiempo sin arreglarnos o él intentará manipularnos.

AP