Salmo 62 - El mejor cimiento



"En Dios solamente espera en silencio mi alma; de Él viene mi salvación. Sólo Él es mi roca y mi salvación, mi baluarte, nunca seré sacudido."

Japón es uno de los países de mayor movimiento y riesgo sísmico del mundo, por lo tanto deben actuar y prevenir todos los posibles riesgos de cualquier terremoto. En marzo de 2011, unos 380.000 japoneses se quedaron sin hogar y 21.000 ha muerto o desaparecieron tras un terremoto y un posterior tsunami. Estas cifras son devastadoras, pero en cualquier otro país del mundo habría sido muchísimo peor, Paloma Sabrini, decana del colegio de arquitectos de Madrid declaró que en ningún otro lugar del mundo un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter hubiera provocado tan pocos daños. Para esto Japón se ha preparado mejor que nadie creando estructuras flexibles, que admitan cierto grado de deformación, que puedan vibrar e incluso desplazarse ligeramente.

¡Cuántos terremotos hay en esta vida y cuantas personas caen y se derrumban por no tener unos buenos cimientos! "En Dios solamente espera en silencio mi alma; de Él viene mi salvación. Sólo Él es mi roca y mi salvación, mi baluarte, nunca seré sacudido." El mundo nos ofrece cimientos, pero cimientos inestables, que soportan bien los pequeños terremotos, pero no están preparados para los grandes.

¡Cuántos terremotos sufrimos cada día! Discusiones, enfados, accidentes de tráfico, desilusiones, despidos, confrontaciones, separaciones, problemas económicos, muertes de familiares, enfermedades, y pon el que se te ocurra. Terremotos que hacen que se tambalee nuestra vida por completo, pero la realidad es que el problema no está en el terremoto en sí, sino en los cimientos, cimientos llamados familia, dinero, trabajo, iglesia, marido, mujer, hijo, hija, hermano, cimientos que caen, cimientos débiles que en cualquier momento pueden caer y con su caída nuestra la de nuestra vida. Este es el motivo por el que hay tantas depresiones, porque llegan los terremotos y los cimientos son débiles y caemos.

Pero hay un cimiento que es fuerte, un cimiento que no nos permitirá caer, es en Dios donde nuestro alma puede descansar tranquilamente, Él es nuestra salvación, el cimiento fuerte, el que no falla, el que aunque alrededor todo caiga Él permanecerá firme, en Él no hay variación, no hay cambio, no hay error, solo seguridad. Espera en Dios, toma su palabra como tu roca, la cruz como tu cimiento. Vendrán terremotos y te mantendrás, porque Dios es nuestro baluarte.


AP

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