"Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su
santa morada. Dios prepara un hogar para los solitarios; conduce a los cautivos
a prosperidad; sólo los rebeldes habitan en tierra seca."
Recuerdo cuando era niño, veía
en la televisón un programa llamado "El hombre más fuerte del mundo";
en este programa participaban hombres que debían rondar los 150 kilos y que
básicamente se dedicaban a mover piedras de gran tamaño, a empujar camiones y
hacer este tipo de cosas. Aquí no podía participar cualquier persona, al fin y
al cabo se buscaba al hombre más fuerte del mundo. Y así es la sociedad en la
que vivimos, busca al mejor, el mejor deportista, porque que niño no quiere ser
como Messi o Cristiano Ronaldo, al mejor cantante, al mejor político, al mejor
cocinero, al fin y al cabo al mejor en cada ámbito, y nos anima a buscar ser
los mejores.
Esto esta realmente bien, al
fin y al cabo ser el mejor significa hacer las cosas con excelencia y esto
siempre que lo hagamos para Dios es un motivo de alabanza a Él. Pero ¿busca
Dios lo mismo que nosotros? Está claro que no. "Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su
santa morada. Dios prepara un hogar para los solitarios; conduce a los cautivos
a prosperidad; sólo los rebeldes habitan en tierra seca." A Dios le
importa aquellos que no son fuertes, aquellos de quien la sociedad no se
preocupa.
El reino de Dios no está hecho
para los fuertes, en una ocasión sus discípulos, llenos de orgullo por todo lo
que hacían discutían quien sería mayor en el reino de los cielos, Jesús, llamándoles
la atención les hizo ver que el baremo divino es muy diferente al baremo
terrenal, les explicó que el que más pequeño es en la tierra, mayor será en el
reino de Dios. En cierta ocasión los discípulos echaban fuera a unos niños y
Jesús les reprendió y les enseñó que de los niños es el Reino de Dios. Cuando
habla de hacer selección de aquellos que entrarán al cielo y los que no habla
de dar de comer, de hospedar, de visitar en la cárcel, esto es evangelio, los
débiles y pringados que este mundo señala, los que aparentemente no tienen
éxito, cuando obran conforme a los caminos de Dios escalan posiciones en su
Reino.
Jesús no vino a por los sanos,
ni a por los fuertes, ni a por los famosos, ni a por los ricos, sino que se
acercó a los leprosos, apartados de la sociedad, se acercó a los más débiles
que mendigaban en el camino o salían a por agua al medio día para no recibir
castigo por su pecado, no fue a por los más conocidos, sino a por los anónimos,
no se acercó a los ricos, sino que fue a los que no tenían ni para comer, es
más a los ricos les advirtió que era muy difícil que entrarán en su reino.
Hoy en día Dios sigue preocupándose
de los débiles, de los ancianos, de las viudas, de los huérfanos, en ocasiones
me pregunto qué pensará Dios de los super cristianos que van con guardaespaldas
y trajes carísimos, ¿les habría recriminado? En cambio estoy convencido de que
mira con amor y alegría a aquellos que se preocupan por los débiles, que
visitan las cárceles, que pasan tiempo en los hospitales llevando esperanza,
por los que se sientan con los que duermen en las calles. Este es el evangelio,
el del Dios que ha preparado un reino para los débiles, pecadores y pobres.
AP
Hermosa reflexión me ha quebrando.gracias .no había visto este salmo de esta manera.
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