Salmo 69 - Que todo alabe al Señor



"Alábenle los cielos y la tierra, los mares y todo lo que en ellos se mueve"

Los truenos en un día de tormenta, la lluvia al romper contra el suelo, el ruido del mar al chochar contra las rocas del rompeolas, cada animal en su ámbito natural, cada pez en el mar, cada ciervo que brama, cada león que ruge, absolutamente todo lo que existe y tiene vida, el viento moviendo lo árboles, absolutamente todo clama y alaba a su diseñador y creador.

Todo lo que existe tiene el propósito de alabar a Dios, la naturaleza habla del carácter del creador, los animales hablan de su inteligencia y como el salmista nosotros podemos decir "alábenle los cielos y la tierra, los mares y todo lo que en ellos se mueve", que todo lo que respira alabe al Señor, que todo lo que existe declare su majestad, que todo lo que se mueve den gloria al Rey.

Bajo esta premisa, todo lo que existe fue hecho para alabanza de la gloria de Dios, nos recuerda la importancia de glorificar a Dios con nuestros actos. Tenemos la oportunidad y el privilegio de unirnos al resto de seres vivientes en la glorificación y exaltación a nuestro Dios, de unirnos a la honra del nombre del Rey. Alabar a Dios no es un privilegio, es una necesidad, la necesidad de honrar al gobernador de la tierra, la necesidad de que Dios sea exaltado por medio de nuestros actos.

Unámonos hoy todos los seres vivientes y glorifiquemos al gran Rey, juntos alabemos al que es bueno por siempre, exaltemos y glorifiquemos a una su nombre, que toda la creación clame Bendito sea el nombre del Señor, que todo lo que respira alabe al Señor, que glorifique su misericordia, que llene su trono de coronas, y que de nuestra boca únicamente alabe y glorifique al Rey y Señor de los siglos, al único, al Dios omnipotente.


AP

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