“Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.”
Detrás de un político hay mucha
gente trabajando, detrás de un cabeza de partido hay muchos otros políticos
haciendo el trabajo sucio, hay juristas, consejeros, jefes de prensa, jefes de
gabinete, un equipo al completo que vela y trabaja con el objetivo de ganar unas
elecciones. Ayer mismo se produjo en televisión un debate entre dos fuerzas
políticas nuevas en España, Pablo Iglesias, el líder de Podemos y Albert
Rivera, el líder de Ciudadanos, se enfrentaban cara a cara y al responder una
de sus primeras preguntas ambos, respondían que iban con ellos tres personas
diferentes, que ante un acto público no estaban solos, que habían personas cubriéndoles
las espaldas y aconsejándoles. El trabajo sucio de estas personas no lo hacen
por simple placer, en estos casos hay amor hacia su candidato o hacia su
partido y esto es lo que les mueve.
Es verdaderamente increíble lo
que las personas pueden llegar a hacer por amor, los hay que dejan todo lo que
tienen por seguir al amor de su vida, Hollywood nos has enseñado como por amor
se puede incluso llegar a transgredir la ley. La escritora francesa George Sand
escribe sobre el amor diciendo “te amo
para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti
feliz.” Sin duda una bonita percepción de lo que es el amor. Pero creo que
nunca he visto una declaración de amor tan profunda como la que hace el
salmista “Ayúdanos oh Dios de nuestra
salvación, por gloria de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados por
amor de tu nombre.”
Sí, el salmista pide ayuda a
Dios, no por su propio valor, sino por el valor infinito que tiene Dios. Vemos
que pide ayuda por tres cosas y las tres las argumenta con un concepto el amor
que Dios tiene por si mismo.
-
Ayúdanos
por gloria de tu nombre. Esto es algo que no todos podemos decir, no todas
las personas pueden rogar a Dios que les ayude por gloria de su nombre. Debe
haber una premisa, la persona debe estar viviendo su vida para Dios. Siendo
sinceros, hemos de reconocer que en ocasiones no demostramos que nuestras vidas
glorifiquen a Dios, nuestra tristeza, mal humor, malas palabras, malos actos,
este tipo de cosas manchan la imagen de Dios. En esta situación debemos clamar
a Dios que nos ayude, que nos saque del pozo, no para que nosotros estemos
mejor, sino para que Él reciba toda la gloria.
-
Líbranos
por amor de tu nombre. ¿Cuál es tu pensamiento cuando estás pasando
problemas? Hay muchos que se preocupan de su imagen, de qué pensarán los que le
rodean, de que opinarán de ellos al verlos mal. Pero esto no debiera ser así,
hay tanta gente que le gusta dar pena y se regodea en sus situaciones que no se
da cuenta que ridiculiza a Dios. Cuando hablamos tanto de nuestras
circunstancias estamos dejando a Dios en mal lugar, estamos demostrando que
Dios es pequeño y no tiene poder para cambiar las cosas. ¡Clama a Dios que te
libre de tu situación para que su nombre no sea hecho pequeño!
-
Perdona
nuestros pecados por amor de tu nombre. Hay muchas cosas que Dios puede
hacer para que su nombre sea glorificado, pero la mayor de ellas es sin duda
perdonar pecados. Pasar por alto el error nuestro por su sangre, ignorar
nuestras ofensas por medio de los clavos que atravesaron sus manos y sus pies,
Dios se ama tanto a sí mismo que nos preserva. Pide a Dios que tenga
misericordia de ti por amor a su propio nombre, busca que el glorificado sea
Dios y dale gracias por todo lo que Él
hace.
AP
Comentarios
Publicar un comentario