Salmo 80 - Restauranos, avívanos y sálvanos



"Entonces no nos apartaremos de ti; avívanos, e invocaremos tu nombre. Oh Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros y seremos salvos."

Hay muchas personas que dicen no quererse a sí mismo, esto es un concepto psicológico de autodestrucción, pero que no es del todo cierto. No he conocido a nadie que deje de cubrir sus necesidades básicas por no quererse a sí mismo, nadie que deje de comer, nadie que deje de buscar un techo donde dormir, que deje de juntarse con personas para sentirse querido o que le de igual ir bien arreglado. Ante esto, es cierto que hay ciertos trastornos, como podría ser la anorexia, pero esto, no es una muestra de no quererse a sí mismo, sino de todo lo contrario de un amor demasiado grande a sí mismo que necesita la mejora del físico, y es tan grande la necesidad que son capaces de descuidar sus necesidades básicas por este objetivo; esto ocurre con demasiada frecuencia en demasiados ámbitos, la anorexia no es más que un ejemplo.

Pero si físicamente cubrimos y nos esforzamos con nuestras necesidades, ¿qué ocurre en el aspecto espiritual? ¿Existen también necesidades primarias? ¿Hay alguna clase de necesidad en nosotros? La respuesta es clara, y es sí, y el salmista nos va a ofrecer tres necesidades que todos tenemos y más si cabe aquellos que somos cristianos. "Entonces no nos apartaremos de ti; avívanos, e invocaremos tu nombre. Oh Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros y seremos salvos."

Veamos las tres necesidades que nos presenta el salmista:

- Restáuranos: Al igual que una casa en ruinas o que una ciudad que ha sufrido un conflicto armado, nuestro corazón, alma y espíritu es atacado diariamente, sufre decepciones, heridas, desilusiones, las personas nos dañan diariamente, nosotros mismos a veces nos tiramos piedras contra nosotros mismos y acabamos destrozados, deprimidos, agobiados, desolados. Pero no debiéramos dejar nuestra espiritualidad destrozada, no debiéramos dejar que nuestros enemigos campen a sus anchas, debemos ir al creador y rogarle que restaure nuestro interior, que vuelva a destruir lo que se ha creado y no deba estar y que vuelva a construir aquello que esta caído, que cure las heridas. Dios es el pastor, el cuidador de nuestro espíritu, no hay mejor cuidador que Él.

- Avívanos: Cuando se aviva un fuego, no hace falta más que soplar las brasas candentes y al poner más leña prenderá y lo que solo era una pequeña muestra de humo, se convertirá en una gran llama, pudiendo incluso convertirse en un incendio. Pero esto no es solo a nivel natural, existen los avivamientos interiores. Los que hemos creído en Dios tenemos un fuego en nuestro espíritu, y poco a poco se va apagando, y al leer la Biblia, al orar, estamos echando leña para que el fuego crezca, pero no nos equivoquemos, no lo lograremos avivar si Dios no sopla a las llamas. Por eso debemos hacer nuestra parte que es orar a Dios y rogarle que Él sople y que le fuego de nuestro interior se convierta en un incendio que haga arder todo lo que nos rodea.

- Sálvanos: No hay peor situación que la de sentirnos que estamos en peligro, al fin y al cabo de aquí surgen todo tipos de miedos. El miedo se basa en la inseguridad y crea en nosotros una sensación de pérdida, de peligro, que en la mayoría de casos no es más que producto de nuestra imaginación y entonces necesitamos que alguien nos salve. Hay un salvador por encima de todos los hombres, un salvador llamado Jesucristo, el cual no solo nos ha quitado los miedos, sino que realmente nos ha salvado de la muerte, no ha dado vida, y aun hoy en día nos salva de nuestros enemigos, Él es nuestro escudo y el oportuno socorro.


AP

Comentarios

  1. Nuestro Pastor quien nos cuida. Dice su palabra venid a mi los que esten trabajados y cansados que yo los hare descansar.

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    1. Que bueno es saber que Dios tiene misericordia de nosotros. ¡Cuan grande es El!

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  2. Amén amen. Dios cumple nuestras peticiones El restaurará lo que creíamos derrumbados. Caído el abrira en el desierto. Nos avivará con su fuego u porsupuesto nos salvará. Gloria al Rey

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