"Cubre sus rostros de vergüenza, para que busquen tu nombre, oh
Señor"
En este mundo en que vivimos
somos una minoría aquellos que somos cristianos practicantes, hay algunos que
dicen serlo y no lo son y otros muchos que directamente niegan tener nada que
ver con este tipo de vida. Niegan a Dios y todo lo que tenga que ver con Él, no
desean tener ningún tipo de relación con nada parecido a la iglesia ni su
estilo de vida. Amigos, compañeros de trabajo, familiares, etc. todos tenemos
personas a nuestro alrededor que no desean saber nada de la verdad.
Situaciones desesperadas requieren
medidas desesperadas, y sin duda que las personas que queremos rechacen la
verdad requiere una medida desesperada. Lamentablemente en nuestras manos no
tenemos demasiados medios para volverles hacia la verdad, pero sí que podemos
orar y clamar a Dios, tal y como el salmista hace "cubre sus rostros de
vergüenza, para que busquen tu nombre, oh Señor".
Demasiadas veces los modos de
trabajar de Dios son un tanto extraños, a veces trata con una dulzura inmensa,
en otras sus modos son mucho más potentes e impactantes, todos hemos oído casos
de como alguien se convirtió en una situación romántica prácticamente, y por
otro lado hemos visto como otros han tenido que llegar a tocar fondo para
acercarse a Dios. No debiéramos temer que ningún familiar, amigo, compañero o
persona cercana a nosotros sufran en esta tierra, en muchas ocasiones no es más
que el camino trazado por Dios para que su propósito sea cumplido.
Por nuestra parte tenemos una
buena herramienta para este propósito, seguir orando, es cierto que debemos
hablarles, que debemos presentar el evangelio, algo que probablemente siendo
personas cercanas ya hemos hecho en varias ocasiones, pero no desmayemos,
roguemos a Dios por ellos, pidámosle que cambie sus corazones, que le vuelvan a
Él, y no temamos por el dolor, mejor es sufrir en esta tierra, que en la
eternidad. Recordemos en nuestras oraciones a aquellos que han abandonado la
fe, a aquellos que sufren crisis espirituales, roguemos a Dios que usen el
mejor método para su retorno. Debemos orar, clamar a Él, rogar de su
misericordia y ser parte del proceso de conversión, de una manera pasiva, pero
sabiendo que nuestras oraciones son escuchadas.
AP
gracias muy valiosa reflexión de este salmo para mi. DLB
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