Salmo 83 - ¡Atráelos a ti!



"Cubre sus rostros de vergüenza, para que busquen tu nombre, oh Señor"

En este mundo en que vivimos somos una minoría aquellos que somos cristianos practicantes, hay algunos que dicen serlo y no lo son y otros muchos que directamente niegan tener nada que ver con este tipo de vida. Niegan a Dios y todo lo que tenga que ver con Él, no desean tener ningún tipo de relación con nada parecido a la iglesia ni su estilo de vida. Amigos, compañeros de trabajo, familiares, etc. todos tenemos personas a nuestro alrededor que no desean saber nada de la verdad.

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, y sin duda que las personas que queremos rechacen la verdad requiere una medida desesperada. Lamentablemente en nuestras manos no tenemos demasiados medios para volverles hacia la verdad, pero sí que podemos orar y clamar a Dios, tal y como el salmista hace "cubre sus rostros de vergüenza, para que busquen tu nombre, oh Señor".

Demasiadas veces los modos de trabajar de Dios son un tanto extraños, a veces trata con una dulzura inmensa, en otras sus modos son mucho más potentes e impactantes, todos hemos oído casos de como alguien se convirtió en una situación romántica prácticamente, y por otro lado hemos visto como otros han tenido que llegar a tocar fondo para acercarse a Dios. No debiéramos temer que ningún familiar, amigo, compañero o persona cercana a nosotros sufran en esta tierra, en muchas ocasiones no es más que el camino trazado por Dios para que su propósito sea cumplido.

Por nuestra parte tenemos una buena herramienta para este propósito, seguir orando, es cierto que debemos hablarles, que debemos presentar el evangelio, algo que probablemente siendo personas cercanas ya hemos hecho en varias ocasiones, pero no desmayemos, roguemos a Dios por ellos, pidámosle que cambie sus corazones, que le vuelvan a Él, y no temamos por el dolor, mejor es sufrir en esta tierra, que en la eternidad. Recordemos en nuestras oraciones a aquellos que han abandonado la fe, a aquellos que sufren crisis espirituales, roguemos a Dios que usen el mejor método para su retorno. Debemos orar, clamar a Él, rogar de su misericordia y ser parte del proceso de conversión, de una manera pasiva, pero sabiendo que nuestras oraciones son escuchadas.


AP

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