“La misericordia y la verdad se han encontrado, la justicia y la paz se
han besado.”
Es muy difícil encontrar a la
persona perfecta, realmente todos buscamos a esa persona sin defectos, que
nunca falla, que tiene todos los requisitos que nosotros deseamos. Cuando nos
enamoramos los fallos son pasados por alto, el amor nos ciega y solo vemos lo
bonito, cuando pasa el tiempo la pasión y el enamoramiento van descendiendo, y
con esto se nos cae el velo de los ojos, ahora ya no vemos tanta perfección y
vemos mucho más los errores de la otra persona, poco a poco vamos viendo que la
perfección va dando paso a la decepción, a las frases, “no me esperaba esto de
ti”, “no cambias, siempre es lo mismo contigo” y tristemente la relación se
rompe, porque nuestras expectativas eran excesivamente grandes.
Esto nos ocurre a todos, la única
diferencia es que algunos logran aceptar y convivir con los defectos de las
otras personas y otros simplemente no lo aguantan y rompen la relación. Decepciones
es lo que tantas veces nos trae la vida, pero hay un encuentro que nunca
decepciona, que nunca es malo, ni hace nada mal, el encuentro con Dios, es la
unión de muchas cosas, cuando le conocemos no apasionamos, pero el paso del
tiempo, si realmente lo conocemos en profundidad, produce un mayor
enamoramiento. Y cuanto más enamorados más reales son estas palabras “la misericordia y la verdad se han
encontrado, la justicia y la paz se han besados.”
Este es un encuentro realmente
maravilloso, cuando conocemos a Dios la misericordia es una de sus características
principales, la cual se ve claramente, en que nos la ha demostrado a nosotros
que éramos dignos de misericordia. Pero no ha venido la misericordia sola a
nuestra vida, sino que la verdad vino al encuentro, la verdad de la palabra de
Dios y la mezcla de las dos produjeron enamoramiento, crearon en nosotros un
cambio que trajeron un corazón renovado en nuestro interior.
Pero esto no queda aquí, porque no
solo encontramos misericordia y verdad en Dios, sino que cuando le admiramos, y
nos acercamos a Él, hay algo que le desborda, la justicia. Sí, Dios es justo,
es justo en lo que Él es y es justo es su decisiones y acciones. Dios no hace
nada que no sea justo, Él juzgará correctamente, y sus veredictos son paz para
nuestro corazón, porque sabemos que el juez del universo no se corromperá, sino
que sus juicios son verdaderos. Su paz, la cual es incomprensible nos llenará y
nos calmará.
AP
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