Salmo 88 - Todo está oscuro



"Porque saturada está mi alma de males, y mi vida se ha acercado al Seol. Soy contado entre los que descienden a la fosa; he llegado a ser como hombre sin fuerza."

La llegada de la muerte a una persona son momentos realmente duros vistos desde el punto de vista humano, incluso aquellos que tenemos una certeza de una vida futura, llegamos a sentir un cierto temor a lo que vendrá después, que pasará cuando nuestro corazón deje de latir y el tiempo en esta tierra se acabe, aun teniendo la certeza y la seguridad que lo que viene después es mejor, siempre hay incertidumbre. Cuan mayor debe ser esta sensación para aquel que está al borde del abismo, que está al fin de sus días y no tiene seguridad de nada, que por su mente empiezan a pasar recuerdos no solo bonitos, los cuales serán muchos, sino también recuerdos de cosas que podría haber hecho y no hizo, de relaciones rotas, de situaciones en las que hirió a alguien, y debe ser terrible el sentimiento de culpa y la pesadez del alma por sus malas acciones.

La muerte desvela en muchos casos la maldad más profunda del corazón, hasta el punto de la invención de que muchos no llegan a partir de la tierra por tener asuntos pendientes que restaurar, dejando abierta la falsa idea de espíritus de muertos que deambulan por el mundo hasta solucionar sus cuentas pendientes. El salmista habla de la sensación de estar cerca de la muerte y sentirse desamparado de Dios, "porque saturada está mi alma de males, y mi vida se ha acercado al Seol. Soy contado entre los que descienden a la fosa; he llegado a ser como hombre sin fuerza." Durante todo el salmo narra, el sentimiento de pesadumbre y de dolor por los males y como Dios parece haber desaparecido.

Hoy en día hay muchas personas así, personas que siente un abatimiento en su alma por los males que han hecho, por relaciones rotas o decisiones tomadas de manera incorrecta, y ante esto sienten la necesidad de arreglar sus situaciones. Pero esto no es lo más importante, al día mueren personas en nuestro país las cuales deberían solucionar su situación con Dios, que deberían arreglar lo que han roto por causa del pecado y nosotros debiéramos tener en nuestras oraciones a aquellos anónimos que están cerca de su muerte.

Pero no solo esto es lo importante, sino que debiéramos preguntarnos, nosotros, que pasaría si hoy estuviese llegando nuestro día, si la muerte estuviese al doblar la esquina, ¿estaría todo correcto? No debiéramos dejar llegar un momento tan difícil para arreglar aquellas cosas que estén rotas. Hoy en un buen día para reconstruir, reconstruir relaciones, renovar al hambre por Dios, volver a arrepentirnos. Nunca es demasiado tarde, a Dios no le importa nuestro pasado, lo realmente importante es como encaminemos nuestro presente hacia el futuro y si esto es en sus caminos, todo irá bien.


AP

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