"Tú tienes un brazo fuerte, tu mano es poderosa, tu diestra es
exaltada. La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la
misericordia y la verdad van delante de ti. ¡Cuán bienaventurado es el pueblo
que sabe lo que es la voz de júbilo! Andan, Señor a la luz de tu rostro. En tu
nombre se regocijan todo el día, y por tu justicia son enaltecidos."
A la hora de definir una cosa,
persona o situación, las circunstancias vividas afectan mucho a nuestra
objetividad. Una misma persona descrita por una persona con afinidad y otra que
no al tiene dará con dos descripciones totalmente distintas. Mientras uno se
centrara en sus virtudes e ignorará o minimizará aquellos rasgos negativos, el
otro centrará su definición en los defectos, problemas y debilidades, pasando prácticamente
por encima de aquellas cosas beneficiosas y virtuosas que la persona pueda
ofrecer.
Hay un dicho que dice que la
belleza esta en los ojos del que mira, y esta es una gran verdad, incluso al
mirar a Dios, si no lo miramos de una manera correcta, veremos una imagen
distorsionada, centrada en nosotros mismos y nos ofrecerá una imagen incorrecta
de lo que Dios es. En la Biblia encontramos definiciones maravillosas de Dios,
una de ellas la encontramos en este salmo "Tú
tienes un brazo fuerte, tu mano es poderosa, tu diestra es exaltada. La
justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la misericordia y la
verdad van delante de ti. ¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es
la voz de júbilo! Andan, Señor a la luz de tu rostro. En tu nombre se regocijan
todo el día, y por tu justicia son enaltecidos."
Esta definición habla de la
naturaleza perfecta de Dios, de su poder, de cómo su mano es poderosa para
hacer y deshacer, que su diestra, que muestra su justicia, es exaltada por sus
hechos. Su trono se fundamenta en una justicia perfecta y derecho a decidir lo
que le place. Ante él va la misericordia, le acompaña, la verdad le precede, no
existe mentira, no hay maldad en Él, todo es perfección.
¿Podemos ante esta realidad
permanecer impasibles? ¡De ningún modo! El pueblo que entiende y experimenta un
Dios así, sabe por consiguiente, los que es la voz de júbilo, lo que es la
alegría extrema de tener un Dios tan grande. Ya no se guían por su propio
corazón, dejan de andar en tinieblas y seguían gracias a la luz del rostro de
Dios, viven en la justicia que ofrece la cruz, y por medio del Hijo son
justificados. Este pueblo es exaltado y próspero espiritualmente, porque se
guían conforme a los preceptos de Dios. ¡Qué alegría tener un Dios tan grande!
AP
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