Salmo 89 - Una definición maravillosa


"Tú tienes un brazo fuerte, tu mano es poderosa, tu diestra es exaltada. La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la misericordia y la verdad van delante de ti. ¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es la voz de júbilo! Andan, Señor a la luz de tu rostro. En tu nombre se regocijan todo el día, y por tu justicia son enaltecidos."

A la hora de definir una cosa, persona o situación, las circunstancias vividas afectan mucho a nuestra objetividad. Una misma persona descrita por una persona con afinidad y otra que no al tiene dará con dos descripciones totalmente distintas. Mientras uno se centrara en sus virtudes e ignorará o minimizará aquellos rasgos negativos, el otro centrará su definición en los defectos, problemas y debilidades, pasando prácticamente por encima de aquellas cosas beneficiosas y virtuosas que la persona pueda ofrecer.

Hay un dicho que dice que la belleza esta en los ojos del que mira, y esta es una gran verdad, incluso al mirar a Dios, si no lo miramos de una manera correcta, veremos una imagen distorsionada, centrada en nosotros mismos y nos ofrecerá una imagen incorrecta de lo que Dios es. En la Biblia encontramos definiciones maravillosas de Dios, una de ellas la encontramos en este salmo "Tú tienes un brazo fuerte, tu mano es poderosa, tu diestra es exaltada. La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la misericordia y la verdad van delante de ti. ¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es la voz de júbilo! Andan, Señor a la luz de tu rostro. En tu nombre se regocijan todo el día, y por tu justicia son enaltecidos."

Esta definición habla de la naturaleza perfecta de Dios, de su poder, de cómo su mano es poderosa para hacer y deshacer, que su diestra, que muestra su justicia, es exaltada por sus hechos. Su trono se fundamenta en una justicia perfecta y derecho a decidir lo que le place. Ante él va la misericordia, le acompaña, la verdad le precede, no existe mentira, no hay maldad en Él, todo es perfección.

¿Podemos ante esta realidad permanecer impasibles? ¡De ningún modo! El pueblo que entiende y experimenta un Dios así, sabe por consiguiente, los que es la voz de júbilo, lo que es la alegría extrema de tener un Dios tan grande. Ya no se guían por su propio corazón, dejan de andar en tinieblas y seguían gracias a la luz del rostro de Dios, viven en la justicia que ofrece la cruz, y por medio del Hijo son justificados. Este pueblo es exaltado y próspero espiritualmente, porque se guían conforme a los preceptos de Dios. ¡Qué alegría tener un Dios tan grande!


AP

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