1ª Pedro 1:1-2 - Recuerda a los dispersos



"Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas."

Estado Islámico es la palabra de moda hoy en día en todo el mundo, los recientes atentados en Francia, las amenazas a Europa y el terror que están sembrando en todo oriente ha puesto a este grupo en los titulares de todo el mundo y la lucha contra ellos como el objetivo principal de las potencias mundiales. Pero antes de que esto ocurriera Estado Islámico ya trabajaba y realizaba ataques, no es extraño encontrar noticias donde explican como centenares de cristianos eran ejecutados por razón de su fe, en todo el mundo, mientras en occidente tememos por un posible atentado, sus vidas diariamente están en peligro únicamente por sus creencias. En Damasco sin ir más lejos la asistencia a la iglesia la hacen padres y madres por separado, para que en caso de muerte sus hijos no se queden huérfanos totalmente.

Existe una gran persecución a los hijos de Dios en oriente medio, el peligro por perder sus vidas esta a la vuelta de la esquina. Cuando Pedro escribe esta carta recuerda a aquellos que compartían su misma fe y que habían sido echados fuera de sus países y quiere darles ánimos, "Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas."

Es de admirar y debemos hacerlo en gran manera el fervor que tiene la iglesia perseguida por Cristo, las ganas de reunirse, de conseguir una Biblia aun a riesgo de que puedan morir por esto, la fidelidad que muestran a Dios aun con las circunstancias en contra. Esto en contraprestación con nosotros que un día de lluvia fuerte o frío puede ser una buena excusa para quedarnos en casa en vez de rendirle culto a nuestro Dios. En ocasiones me planteo que pasaría si estuviésemos en la misma situación que ellos.

Pero independientemente de la situación, tanto los que temen por su vida como los que no compartimos algo importante, todos hemos sido elegidos según la presciencia de Dios y la sangre de Cristo es la que nos une, y en estos tiempos difíciles, nosotros que vivimos mejores tiempos debemos orar y expresar las mismas palabras que Pedro, "gracia y paz os sean multiplicadas". Esta es la mejor oración que podemos hacer por ellos, rogar a Dios que su gracia y su paz se adentre en sus corazones y les cubra. Oremos por aquellos que son perseguidos, porque están llevando y poniendo el nombre de Cristo en alto.

AP


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