"Y Josué dio la tierra en posesión a las tribus de Israel según
sus divisiones"
Recuerdo una ocasión en que
dos amigos estaban tomando un café y pidieron un cruasán para compartir, el que
lo cortó no lo hizo del todo bien y una parte quedó más grande que otra. A la
hora de repartirlo, el que la cortó se quedó el trozo más grande y le dio el
más pequeño a su amigo. El amigo al darse cuenta le dijo "¡Hey que te has
quedado la parte más grande!" A lo que el otro le contestó con una
pregunta: "¿Si tu lo hubieses cortado, que parte te habrías quedado?"
A lo que el amigo sin dudarlo le respondió: "Hombre, pues la
pequeña". El que había cortado le dijo, pues exactamente, esa es la que
tienes.
En realidad la lógica es
aplastante, pero políticamente incorrecta, el que corta y reparte no debiera
aprovecharse de la situación para sacar partido. En una situación parecida
aunque más seria encontramos a Josué tras vencer y conquistar la tierra prometida.
"Y Josué dio la tierra en posesión
a las tribus de Israel según sus divisiones"
En ocasiones es posible que
nos encontremos en circunstancias en que tengamos la responsabilidad de
repartir algún bien, o simplemente de tener personas a nuestro cargo, es
importante que seamos capaces de ser equitativos, de no tener preferencia por
nadie, sino repartir conforme a la capacidad y merecimientos.
Esta es una gran
responsabilidad y debemos hacerla bien, debemos demostrar que somos buenos
administradores, y esto no solo se ve cuando afecta a los demás, sino que tener
vidas equilibradas y bien administradas, demostrarán que hemos comprendido y
estamos haciendo un buen trabajo.
AP
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