Josué 18 - El peligro de la ociosidad



"Y quedaban siete tribus de los hijos de Israel que no habían repartido su heredad. Dijo, pues Josué a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo pospondréis el entrar a tomar posesión de la tierra que el Señor, el Dios de vuestros padres, os ha dado?"

Se ha demostrado medicamente que la adrenalina generada en una situación de estrés grande puede llevar a una persona a hacer cosas que en situaciones normales sería incapaz de hacer. Muestra de esto es la reacción de personas que han estado por ejemplo en atentados, que lo han sufrido y que en el momento han reaccionado como si no hubiese sucedido nada. La adrenalina toma el control de nuestra mente y nuestro cuerpo y lo lleva al límite, pero tras esto, pasado algo de tiempo el cuerpo sufre las consecuencias de su aumento energico y llega el momento del bajón. Esto no solo ocurre en situaciones puntuales, sino que en problemas que se alargan en el tiempo, puede producirse este mismo fenómeno, y tras años de fortaleza, al finalizarse el problema, el cansancio sale a florecer.

Esto es lo que les pasó a los hijos de Israel, ellos salieron del desierto, durante tiempo estuvieron en combate, su adrenalina crecía cuanto más terreno conquistaban, los ánimos estaban candentes y finalmente cuando hubieron logrado su objetivo cayeron en la ociosidad tras la batalla. "Y quedaban siete tribus de los hijos de Israel que no habían repartido su heredad. Dijo, pues Josué a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo pospondréis el entrar a tomar posesión de la tierra que el Señor, el Dios de vuestros padres, os ha dado?"

Nuestras batallas espirituales contra el pecado en ocasiones nos pueden llevar a niveles de estrés grandes, como ocurrió con estas siete tribus, tanto que una vez lograda la victoria podamos caer incluso en la ociosidad, bajar la guardia y ser un blanco fácil para los enemigos. Estas tribus cayeron en la autocomplacencia, en creer que ya todo estaba hecho y se relajaron, tanto que dejaron que sus responsabilidades fueran olvidadas.

Debemos tener cuidado con la ociosidad, en ocasiones podemos relajarnos y volvernos ociosos, dejar de lado aquellas cosas espirituales y fundamentales que como cristianos no debieramos dejar que se enfriaran, la ociosidad no debiera formar parte de nuestras vidas y cuando entra es cuando nos convertimos vulnerables y débiles. Cuando la Biblia nos insta a cuidar de nuestra salvación con temor y temblor, no es porque podamos perderla, es porque podemos darle un mal cuidado y la ociosidad forma parte de eso. Estemos alertas, no caigamos ni nos volvamos ociosos.


AP

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