Josué 20 - Nuestra ciudad de refugio



"Y el Señor habló a Josué, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Designad las ciudades de refugio de las cuales os hablé por medio de Moisés"

Internet ha abierto un mundo de posibilidades y de información al alcance de todos. Esto nos beneficia en muchos aspectos pero quizá una de las mayores facilidades sea a la hora de preparar un viaje. Ya no solo tenemos la oportunidad de planificar la ruta de monumentos, lo cual antes por guías de ciudades podíamos encontrar, ahora tenemos podemos revisar opiniones sobre restaurantes, hoteles, hospitales, horarios, comprar entradas anticipadas y la realidad es que llevar un viaje organizado correctamente desde casa ofrece tranquilidad y un mejor aprovechamiento del tiempo.

Qué bueno es tener todo preparado, y si nosotros somos capaces de planificar todo en nuestra vida y hacerlo bien, cuanto más no lo va a hacer Dios. Él tiene control de todo y mira y cuida hasta el más pequeño de los detalles."Y el Señor habló a Josué, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Designad las ciudades de refugio de las cuales os hablé por medio de Moisés"

De cara a un posible delito de sangre la ley dictaba que el asesino podías ser asesinado como venganza y era lícito. Para evitar los abusos que esto podría traer o para proteger a aquel que podía delinquir involuntariamente, Dios creó y dio el poder a algunas ciudades de ser llamadas ciudades de refugio. En estas ciudades el asesino estaba seguro y no podía haber venganza sobre ellos.

Así estamos cada uno de nosotros habiendo transgredido la ley y tras nosotros la muerte, una separación  de Dios por la eternidad, y viendo esta circunstancia Dios nos ha dado una ciudad de refugio llamada Jesucristo, una ciudad en que nadie podrá hacernos daño, donde ya no seremos acusados, todo lo contrario, en ella somos justificados y hechos hijos de Dios. No te atormentes por tus pecados, en Jesucristo son borrados cuando hay arrepentimiento de corazón, ahí nadie podrá atacarte, pasarás por pruebas pero podrás vivir tranquilo porque tendrás el oportuno socorro para tu alma.


AP

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