Josué 22 - Volviendo a lo importante



"Solamente guardad cuidadosamente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del Señor, os mandó, de amar al Señor vuestro Dios, andar en todos sus caminos, guardar sus mandamientos y de allegarse a Él y servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma."

Hacer un viaje e ir de una ciudad a otra puede ser algo realmente divertido, pero también puede ser aburrido, estresante o terrible; el trayecto seleccionado es algo determinante para saber cómo será el viaje. Coger el camino rápido o rodear hasta llegar al lugar. Lo  lógico es siempre coger el camino más recto posible ya que este será el más rápido y corto, pero en ocasiones podemos preferir escoger ciertos atajos.

Si en los viajes existen diferentes opciones, en el camino de Dios también hay diferentes opciones para alcanzar la meta, podemos ir por el camino recto y rápido o en cambio dar rodeos que no nos lleguen al lugar hasta pasado mucho tiempo. Josué ofreció cual era el camino recto: "Solamente guardad cuidadosamente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del Señor, os mandó, de amar al Señor vuestro Dios, andar en todos sus caminos, guardar sus mandamientos y de allegarse a Él y servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma."

Estas instrucciones son universales en el camino al reino de los cielos y tienen cuatro fundamentos, los cuales si los llevamos a la práctica nos ofrecen una vida espiritual plena:

- Ama al Señor tu Dios: Este es el principio y la clave de todo, es como arrancar el coche en el viaje, si no amamos a Dios no podemos emprender el viaje, no tiene sentido hacer un trayecto para ir a un lugar donde no queremos estar, el cielo es para aquellos que aman a Dios, para quienes desean alcanzar el final del trayecto. Ama a Dios sobre todas las cosas, este es el principio del camino al cielo.

- Anda en sus caminos: La distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, y la distancia más corta para llegar al cielo son los caminos de Dios, eso sí, estate preparado, es un camino estrecho y angosto, no vale adelantar, debes tener paciencia, probablemente se pinche alguna rueda, quizá encuentres algún atasco, pero no te preocupes, Dios se encargará que no te detengas más de lo necesario.

- Guarda sus mandamientos: El viaje no se puede hacer sin un buen GPS, porque es fácil desviarse a otro camino. El mejor GPS que se ha inventado es la Biblia, en ella encontramos la ley de Dios, la cual nos guía y nos muestra el camino, nos marca en rojo cuando nos equivocamos y nos desviamos y sin duda, lo más importante, nos guía para volver a sus caminos. Sus mandamientos son buenos, síguelos y guárdalos.

- Sírvele de todo corazón: Por último, conduce para agradar a Dios, es básico entender que lo importante no es únicamente llegar, sino hacer el bien por el camino, ayudar a los que han tenido problemas en el camino, socorrer al que se le ha estropeado el coche o recoger a algún autoestopista. El servicio a Dios es algo imprescindible en el camino al cielo.


AP

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