"Solamente guardad cuidadosamente el mandamiento y la ley que
Moisés, siervo del Señor, os mandó, de amar al Señor vuestro Dios, andar en
todos sus caminos, guardar sus mandamientos y de allegarse a Él y servirle con
todo vuestro corazón y con toda vuestra alma."
Hacer un viaje e ir de una
ciudad a otra puede ser algo realmente divertido, pero también puede ser
aburrido, estresante o terrible; el trayecto seleccionado es algo determinante
para saber cómo será el viaje. Coger el camino rápido o rodear hasta llegar al
lugar. Lo lógico es siempre coger el
camino más recto posible ya que este será el más rápido y corto, pero en
ocasiones podemos preferir escoger ciertos atajos.
Si en los viajes existen
diferentes opciones, en el camino de Dios también hay diferentes opciones para
alcanzar la meta, podemos ir por el camino recto y rápido o en cambio dar
rodeos que no nos lleguen al lugar hasta pasado mucho tiempo. Josué ofreció
cual era el camino recto: "Solamente
guardad cuidadosamente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del Señor, os
mandó, de amar al Señor vuestro Dios, andar en todos sus caminos, guardar sus
mandamientos y de allegarse a Él y servirle con todo vuestro corazón y con toda
vuestra alma."
Estas instrucciones son
universales en el camino al reino de los cielos y tienen cuatro fundamentos,
los cuales si los llevamos a la práctica nos ofrecen una vida espiritual plena:
- Ama al Señor tu Dios: Este
es el principio y la clave de todo, es como arrancar el coche en el viaje, si
no amamos a Dios no podemos emprender el viaje, no tiene sentido hacer un
trayecto para ir a un lugar donde no queremos estar, el cielo es para aquellos
que aman a Dios, para quienes desean alcanzar el final del trayecto. Ama a Dios
sobre todas las cosas, este es el principio del camino al cielo.
- Anda en sus caminos: La
distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, y la distancia más
corta para llegar al cielo son los caminos de Dios, eso sí, estate preparado,
es un camino estrecho y angosto, no vale adelantar, debes tener paciencia,
probablemente se pinche alguna rueda, quizá encuentres algún atasco, pero no te
preocupes, Dios se encargará que no te detengas más de lo necesario.
- Guarda sus mandamientos: El
viaje no se puede hacer sin un buen GPS, porque es fácil desviarse a otro
camino. El mejor GPS que se ha inventado es la Biblia, en ella encontramos la
ley de Dios, la cual nos guía y nos muestra el camino, nos marca en rojo cuando
nos equivocamos y nos desviamos y sin duda, lo más importante, nos guía para
volver a sus caminos. Sus mandamientos son buenos, síguelos y guárdalos.
- Sírvele de todo corazón: Por
último, conduce para agradar a Dios, es básico entender que lo importante no es
únicamente llegar, sino hacer el bien por el camino, ayudar a los que han
tenido problemas en el camino, socorrer al que se le ha estropeado el coche o
recoger a algún autoestopista. El servicio a Dios es algo imprescindible en el
camino al cielo.
AP
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