1ª Pedro 1:22-25 – El poder transformador de la palabra



"Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de hierba. La hierba se seca y la flor se cae; mas la palabra de Dios permanece para siempre. Y ésta es la palabra que por el evangelio ha sido anunciado."

El rapero Nach pronuncia estas palabras: Es muy importante conseguir superar las barreras que nos inmovilizan, ¿Lo sabías? Has aprendido a leer, a escribir… La escritura es, es magia, ¿Nunca lo has sentido así? Cuando empecé a escribir descubrí que estaba haciendo algo más que contar una historia. La escritura es un arma, y es más poderosa de lo que jamás podrá ser un puño. Y su última frase es sin duda una afirmación potente y profunda, porque mientras que un puño puede atacar al cuerpo, una palabra puede atravesar y herir hasta lo más profundo el alma de cualquier persona, exactamente igual que una palabra de ánimo puede hacer que el que está caído se levante con fuerzas.

Pero si la palabra de un hombre puede cambiar el estado de ánimo de cualquier persona, si es capaz de herir o de animar a otro, ¿qué sucede con las palabras pronunciadas desde el cielo? "Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de hierba. La hierba se seca y la flor se cae; mas la palabra de Dios permanece para siempre. Y ésta es la palabra que por el evangelio ha sido anunciado."

La palabra que viene del cielo es verdad, realmente es más cortante que cualquier espada y llega y corta y destroza cualquier cosa que encuentre en nuestro corazón. Pero no únicamente destruye sino que regenera, cuando la espada de Dios entra en el corazón de un hombre, destruye la identidad pasada otorgándole una nueva naturaleza, haciéndole parte de una nueva familia y adoptándole como hijo del Rey. Esta palabra es eterna, no hay variación en ella, ciertamente permanecerá, aun cuando la carne se debilite, cuando los huesos se desgasten, aunque las fuerzas se acaben, la palabra que ha actuado en el interior del corazón permanecerá para siempre.

Esta palabra produce un cambio tan radical en el interior del corazón que purifica el alma, por medio de la palabra es que nuestros ojos son abiertos a la realidad pecaminosa y nos lleva al arrepentimiento, es por medio de la palabra que el Espíritu Santo nos mueve a amar a todos los que nos rodea de una manera genuina sin falsedad, porque el renacimiento no se produce de algo que se agota, sino de algo que perdurará por la eternidad, porque las palabras de Dios no cesarán, no tienen fin. Los que creemos podemos corroborar el poder de las palabras del evangelio, por medio de las cuales hemos renacido. Toda la gloria sea a Dios que se ha rebelado de una forma tan espectacular en nuestros corazones.


AP

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