"Habiendo
purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu,
para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente de
corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de
hierba. La hierba se seca y la flor se cae; mas la palabra de Dios permanece
para siempre. Y ésta es la palabra que por el evangelio ha sido
anunciado."
El rapero Nach pronuncia estas
palabras: Es muy importante conseguir superar las barreras que nos inmovilizan,
¿Lo sabías? Has aprendido a leer, a escribir… La escritura es, es magia, ¿Nunca
lo has sentido así? Cuando empecé a escribir descubrí que estaba haciendo algo
más que contar una historia. La escritura es un arma, y es más poderosa de lo
que jamás podrá ser un puño. Y su última frase es sin duda una afirmación
potente y profunda, porque mientras que un puño puede atacar al cuerpo, una
palabra puede atravesar y herir hasta lo más profundo el alma de cualquier
persona, exactamente igual que una palabra de ánimo puede hacer que el que está
caído se levante con fuerzas.
Pero si la palabra de un
hombre puede cambiar el estado de ánimo de cualquier persona, si es capaz de
herir o de animar a otro, ¿qué sucede con las palabras pronunciadas desde el
cielo? "Habiendo purificado
vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el
amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro;
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como
hierba, y toda la gloria del hombre como flor de hierba. La hierba se seca y la
flor se cae; mas la palabra de Dios permanece para siempre. Y ésta es la
palabra que por el evangelio ha sido anunciado."
La palabra que viene del cielo
es verdad, realmente es más cortante que cualquier espada y llega y corta y
destroza cualquier cosa que encuentre en nuestro corazón. Pero no únicamente
destruye sino que regenera, cuando la espada de Dios entra en el corazón de un
hombre, destruye la identidad pasada otorgándole una nueva naturaleza, haciéndole
parte de una nueva familia y adoptándole como hijo del Rey. Esta palabra es
eterna, no hay variación en ella, ciertamente permanecerá, aun cuando la carne
se debilite, cuando los huesos se desgasten, aunque las fuerzas se acaben, la
palabra que ha actuado en el interior del corazón permanecerá para siempre.
Esta palabra produce un cambio
tan radical en el interior del corazón que purifica el alma, por medio de la
palabra es que nuestros ojos son abiertos a la realidad pecaminosa y nos lleva
al arrepentimiento, es por medio de la palabra que el Espíritu Santo nos mueve
a amar a todos los que nos rodea de una manera genuina sin falsedad, porque el
renacimiento no se produce de algo que se agota, sino de algo que perdurará por
la eternidad, porque las palabras de Dios no cesarán, no tienen fin. Los que
creemos podemos corroborar el poder de las palabras del evangelio, por medio de
las cuales hemos renacido. Toda la gloria sea a Dios que se ha rebelado de una
forma tan espectacular en nuestros corazones.
AP
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