1ª Pedro 3:10 - Habla bien y disfruta



"Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño."

La boca es una parte vital del ser humano, cuidarla puede producir grandes beneficios para nosotros. Una sola caries puede llevar a un deportista a tener una musculatura mucho más débil y expuesta a lesiones, todo lo que entra por ella afecta a todo l cuerpo, es el filtro para decidir lo que entra y también por su puesto lo que sale. Pero hay un miembro vital dentro de la boca, y es la lengua, la labor que hace en el cuerpo es verdaderamente importante, tanto que en realidad no le damos el valor que requiere. Si a la lengua le juntamos los labios, entonces encontramos que gracias a ellos dos, a sus posiciones podemos hablar y producir sonidos.

Sin ninguna duda la boca cumplen una misión primordial en nosotros y gracias a ella podemos comunicarnos con otros, lo cual nos lleva a relacionarlos, pero igual que trae cosas buenas, también puede meternos en problemas, por eso la Biblia nos da un aviso, "porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño."

La Biblia está llena de ordenanzas y mandamientos, de órdenes que Dios nos da para que nuestra vida en la tierra sea mejor y sobre todo para agradarle con nuestra manera de vivir. Pero también la Biblia nos ofrece consejos, como este mismo, un consejo sobre como disfrutar la vida, y pone el foco en la importancia de hablar bien. Ciertamente esto es algo muy importante, nuestro vocabulario, expresiones, saber callar en el momento adecuado, no alzar la voz incluso cuando tienes razón, decir la verdad con amor, todo esto son muestras de la importancia de la boca.

Pero hay que aclara que pueden llegar días buenos y amar la vida sin hablar bien, por supuesto, pero probablemente tendremos muchos más problemas, porque chocaremos más con otros cuando teniendo que callar hablamos, cuando decimos palabras desacertadas o fuera de lugar, esto nos produce problemas. Por lo tanto la mejor forma de amar la vida y de hacer que nuestros días sean buenos es hablando bien, teniendo palabras de amor y no de odio, bendiciendo a Dios, no respondiendo mal incluso teniendo razón. Hablemos bien, refrenemos a nuestra lengua cuando quiera hacer mal, no mintamos sino hablemos la verdad, amemos la vida.


AP

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