1ª Pedro 3:7 - El corazón de un verdadero caballero



"Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas."

Durante las últimas semanas ha sonado con fuerza una palabra, la palabra Únete. Esto forma parte de una campaña publicitaria en la lucha por la violencia de género. Es muy alarmante los datos ofrecidos por ABC en los que se indica que más del 80% de los adolescentes y jóvenes entre los 14 y 19 años afirma conocer o haber conocido algún acto de violencia de género en parejas de su edad. Esta sin duda es una lacra que lejos de erradicarse en las nuevas generaciones parece que vuelve a aflorar con fuerza.

Si ayer veíamos como debe ser el corazón de una mujer, también la Biblia apunta a como debe ser el corazón de un verdadero caballero. "Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas."

¡Cuidado con las mujeres! No debemos olvidar que las mujeres con las que nos casamos son hijas de Dios, no de cualquier padre, sino del Padre y debemos tratarlas con cuidado. Por norma las mujeres son tanto física como anímicamente más sensibles que los hombres, los cambios hormonales que se producen cada mes en su interior las deja mucho más al descubierto y más vulnerables.

Ante esta realidad el marido, no solo no debe maltratarla, lo cual es obvio, sino que debe desvivirse para satisfacer los placeres de su mujer, como cabeza de ella es el encargado de cuidarla, de tratar de comprenderla, de mimarla, como un vaso frágil que se puede romper en cualquier momento. Amar a la mujer es una manera de glorificar el nombre de Dios y darle honra.


AP

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