"Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y
si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen
al evangelio de Dios? Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde
aparecerá el impío y el pecador? De modo
que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel
Creador, y hagan el bien."
En la historia del
cristianismo en nombre de Dios se han hecho muchas barbaridades, se ha cobrado
por parcelas en el cielo, se ha pedido dinero para perdonar pecados, se han
anunciado en varios momentos que llegaba el fin del mundo, se ha jugado con los
sentimientos de las personas y se les ha manipulado y como no se ha prometido
que el cristianismo es la panacea, que con Cristo todos los problemas serán
resuelto como por arte de magia, que el cristianismo es la ciudad de la
piruleta donde podemos vivir en la casita de chocolate, frase que el mismo
Homer Simpson podría pronunciar respecto a este tema.
El evangelio no necesita de
nuestras palabras para ser presentado, es más lo único que necesita realmente
es que no lo deformemos, que no lo transformemos y que lo hagamos más
"atractivo", nunca un mensaje bien presentado fue tan poderoso como
este, no por las palabras usadas, sino porque es el mensaje de Dios. El
evangelio no necesita que mintamos sobre lo que es para tener éxito, y decir
que creer en Dios resolverá todos nuestros problemas es hacerlo, así nos lo
presenta Pedro, "porque es tiempo
de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por
nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el
pecador? De modo que los que padecen
según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el
bien."
Pedro en toda su carta nos está
presentando la vida cristiana bajo la óptica del sufrimiento, y como este
sufrimiento es uno de los medios utilizados por Dios para perfeccionar y
fortalecer la fe de sus hijos. Pedro ha hablado sobre los siervos, sobre los
trabajadores que reciben malos tratos, sobre mujeres que respetan a sus maridos
y de maridos que tratan a su mujer como su prioridad, ha hablado de aquellos
que mueren siendo hijos de Dios como mártires, no por sus hechos, no por ser
delincuentes, sino por amar a Dios. El sufrimiento está presente siempre en la
vida del creyente, es uno de los medios usados por Dios en su Soberanía.
¿Cuál es nuestra reacción ante
el sufrimiento? Ciertamente debería ser callar, soportar y seguir fieles a
Dios, pero a veces nos quejamos, decimos frases como "Dios se ha olvidado
de mi", como si un Padre pudiese olvidarse de su hijo que sufre, pero si
con nosotros, que somos hijos de Dios, salvados y justificados por la sangre de
Cristo, nos salvamos por medio de todas estas dificultades, compadezcámonos de
aquellos que ni tan siquiera se salvan, porque si los hijos del Rey sufren,
aquellos que no lo son no correrán mejor suerte. Encomendemos nuestras almas a
Dios, callemos y hagamos el bien, porque llegará el día en que nos llamará y
durante toda la eternidad estaremos con Él.
AP
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