"Sed pues de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario el
diablo anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero
resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento
se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo."
Es difícil saber que puede
sentir un soldado en la batalla, probablemente los que nunca hemos estado en
una guerra nunca lleguemos a comprender sus sentimientos, sensaciones,
nerviosismo etc. El cine con películas como salvar al soldado Ryan o series
como hermanos de sangre han intentado demostrarnos lo que significa estar en
una guerra. Pero hay algo que sobresale de todo esto, la importancia del grupo,
el grupo debe permanecer unido para apoyarse, curarse en caso de herida y no
sentirse solo ante el enemigo.
La vida cristiana forma parte
de una guerra espiritual entre Dios y Satanás por medio nuestro es que Satanás
intenta arrebatarle a Dios los que le pertenecen, por esto Pedro nos avisa y no
aconseja, "sed pues de espíritu
sobrio, estad alerta. Vuestro adversario el diablo anda al acecho como león
rugiente, buscando a quien devorar. Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo
que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros
hermanos en todo el mundo."
Es curioso que aquí se nos
diga que el diablo anda como león, este como es una comparación, porque el
diablo no es ningún león, es un imitador, el verdadero león, es Dios, el león
de Judá, Satanás quiere aparentar serlo, parece temible, pero está atado a la
voluntad de Dios, nada podrá hacer que Dios no le permita hacer, no tiene
libertad para destruir lo que quiera, todo lo contrario es Dios quien le
permite que en ocasiones nos toque, como pasó con Job, pero siempre tendrá el
propósito de fortalecer nuestra fe y acercarnos a Dios.
No estamos solos, la guerra es
dura, el diablo nos ataca, el mundo es su mejor arma y nos intenta ahogar,
busca que neguemos a Dios, pero ciertamente la providencia de Dios nos
guardará. No estamos solo, alrededor del mundo muchos otros también son
atacados y Dios les guarda, somos muchos en esta batalla, no temamos, no hay
nada en este mundo que nos pueda quitar el enemigo como para tener miedo,
nuestra alma siempre estará a salvo tras el verdadero león poderoso, bajo las
alas de Dios. Somos muchos, no estamos solos y sobretodo tenemos a nuestro
comandante, confiemos en Dios, nada vendrá que no podamos soportar.
AP
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