"Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el Señor
nuestro Hacedor."
En este último tiempo ha
habido dos compañeros de trabajo que han llegado nuevos que han estado viviendo
en Japón. Una de las cosas que destacaban era el saludo entre las personas,
mientras que aquí nos saludamos dándonos dos besos o la mano, allí es tal la
formalidad que se saludan con una reverencia, y no solo esto, sino que el grado
de inclinación también afecta al saludo. Existen 4 tipos de reverencia
distintos, 1. Eshaku: Es una reverencia de unos 15º de inclinación. Se utiliza
como saludo entre compañeros del mismo rango dentro de la empresa o de un
superior hacia sus subordinados. 2. Futsuurei: 30º de inclinación. Se utiliza
para saludar a un superior dentro de la empresa y para saludar o dar la
bienvenida a clientes. 3. Teineirei: 45º
de inclinación. Una inclinación mayor para mostrar nuestro agradecimiento hacia
alguien que ha realizado algo por nosotros o para pedir perdón por un error
cometido. 4. Saikeirei: 90º de inclinación. Se utiliza para pedir un favor
importante a alguien o para pedir perdón por una falta bastante grande que
hemos cometido.
La cultura japonesa es una
cultura en la que el respeto tiene un grado muy grande de importancia en el
estilo de vida, es básico. En occidente no solo no tenemos esta conciencia
hacia otras personas del respeto, sino que poco a poco parece que se va
perdiendo, parece que va desapareciendo la necesidad y la obligación de
respetar a otros, y esto ha llegado a afectar incluso nuestra relación con
Dios, a quien hemos dejado de reverenciar; pero hoy aún podemos cambiar
nuestras actitud y seguir el consejo y la llamada del salmista. "Venid, adoremos y postrémonos;
doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor."
Se ha perdido el respeto hacia
Dios, lo creo siendo consciente de lo que digo, obviamente no me refiero a todo
el mundo, no a todas las personas, pero sí que siento que es la tónica general
en el cristianismo, se ha perdido la reverencia hacia el Rey y hemos pasado
todos los pasos intermedios hasta acabar en el colegueo. Recuerdo cuando era
pequeño que era habitual que en una reunión de oración la mayoría de personas
estuvieses arrodilladas clamando al Padre, mostrando reverencia y rogando por
misericordia, hoy en cambio es difícil ver esto a no sé qué lo
"sintamos". Todo son sentimientos, me arrodillo si lo siento, levanto
las manos si lo siento, oro en voz alta si lo siento, me intento mantener en
santidad si lo siento, mientras que no dudo en dar rienda suelta a mi placer y
los pecados que mi carne siente en hacer.
¡Cuidado! Dios no es alguien
con quien podamos jugar, su justicia no ha disminuido, su santidad no es menor
hoy en día, Él continua siendo igual, merece que nos reverenciemos ante Él,
Dios sigue mereciendo que vayamos, adoremos, nos postremos y que nuestra
rodilla se doble ante el que es nuestro Hacedor, no se trata de sentimientos,
se trata de respeto y reconocimiento. Dios no es Rey porque nosotros lo
sintamos, Dios es Rey porque reina sobre toda la tierra. Se acerca el final del
año y es un buen momento para volver a poner las cosas en su sitio y comprender
que Dios sigue siendo y seguirá siendo el Rey, así que una vez más hagamos
nuestras las palabras del salmista, "Venid,
adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el Señor nuestro
Hacedor."
AP
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