Salmo 95 - ¡Vamos y adoremos!



"Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor."

En este último tiempo ha habido dos compañeros de trabajo que han llegado nuevos que han estado viviendo en Japón. Una de las cosas que destacaban era el saludo entre las personas, mientras que aquí nos saludamos dándonos dos besos o la mano, allí es tal la formalidad que se saludan con una reverencia, y no solo esto, sino que el grado de inclinación también afecta al saludo. Existen 4 tipos de reverencia distintos, 1. Eshaku: Es una reverencia de unos 15º de inclinación. Se utiliza como saludo entre compañeros del mismo rango dentro de la empresa o de un superior hacia sus subordinados. 2. Futsuurei: 30º de inclinación. Se utiliza para saludar a un superior dentro de la empresa y para saludar o dar la bienvenida a clientes.  3. Teineirei: 45º de inclinación. Una inclinación mayor para mostrar nuestro agradecimiento hacia alguien que ha realizado algo por nosotros o para pedir perdón por un error cometido. 4. Saikeirei: 90º de inclinación. Se utiliza para pedir un favor importante a alguien o para pedir perdón por una falta bastante grande que hemos cometido.

La cultura japonesa es una cultura en la que el respeto tiene un grado muy grande de importancia en el estilo de vida, es básico. En occidente no solo no tenemos esta conciencia hacia otras personas del respeto, sino que poco a poco parece que se va perdiendo, parece que va desapareciendo la necesidad y la obligación de respetar a otros, y esto ha llegado a afectar incluso nuestra relación con Dios, a quien hemos dejado de reverenciar; pero hoy aún podemos cambiar nuestras actitud y seguir el consejo y la llamada del salmista. "Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor."

Se ha perdido el respeto hacia Dios, lo creo siendo consciente de lo que digo, obviamente no me refiero a todo el mundo, no a todas las personas, pero sí que siento que es la tónica general en el cristianismo, se ha perdido la reverencia hacia el Rey y hemos pasado todos los pasos intermedios hasta acabar en el colegueo. Recuerdo cuando era pequeño que era habitual que en una reunión de oración la mayoría de personas estuvieses arrodilladas clamando al Padre, mostrando reverencia y rogando por misericordia, hoy en cambio es difícil ver esto a no sé qué lo "sintamos". Todo son sentimientos, me arrodillo si lo siento, levanto las manos si lo siento, oro en voz alta si lo siento, me intento mantener en santidad si lo siento, mientras que no dudo en dar rienda suelta a mi placer y los pecados que mi carne siente en hacer.

¡Cuidado! Dios no es alguien con quien podamos jugar, su justicia no ha disminuido, su santidad no es menor hoy en día, Él continua siendo igual, merece que nos reverenciemos ante Él, Dios sigue mereciendo que vayamos, adoremos, nos postremos y que nuestra rodilla se doble ante el que es nuestro Hacedor, no se trata de sentimientos, se trata de respeto y reconocimiento. Dios no es Rey porque nosotros lo sintamos, Dios es Rey porque reina sobre toda la tierra. Se acerca el final del año y es un buen momento para volver a poner las cosas en su sitio y comprender que Dios sigue siendo y seguirá siendo el Rey, así que una vez más hagamos nuestras las palabras del salmista, "Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor."


AP

Comentarios