Job 2 - Dios no es una máquina de vending



"Satanás salió de la presencia del Señor, e hirió a Job con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla. Y Job tomó un tiesto para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas. Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete. Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios."

Uno de los mejores inventos que pueden existir son las máquinas vending, sin duda una de las cosas que más echo en falta del anterior centro de trabajo, una máquina, que si estás dispuesto a pagar un precio ligeramente superior al habitual de un producto, solo necesitas una moneda y puedes suplir la necesidad más o menos importante de saciarte, ya sea un simple capricho o una solución a no tener comida para ese día, sin duda la solución es efectiva.

Este concepto de echar una moneda y conseguir lo que queramos se ha amplificado muchísimo con las tarjetas de crédito, donde puedes comprar lo que quieras y ya lo pagarás, no hay urgencia, pide y te será dado. Nos encontramos a un Job en problemas, pero la cosa irá a peor, "Satanás salió de la presencia del Señor, e hirió a Job con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla. Y Job tomó un tiesto para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas. Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete. Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios."

Tres personajes vemos en el texto y tres cosas de las que aprender, tres actitudes las cuales, nos enseñan, nos confrontan y no refuerzan.

- Satanás: Este es el primer personaje que encontramos, el cual después de haberle quitado todo, sus posesiones y su familia casi al completo, ahora va a tocar su salud. Hay algo interesante en esto, cada actuación de Satanás viene tras una "reunión" con Dios, donde él pide permiso para actuar. Esto no quiere decir que cada acto de Satanás o de cualquier otro demonio requiera la autorización de Dios para llevarla a cabo, Dios ha permitido un margen de actuación, pero en ocasiones hay concesiones en forma de perdidas o enfermedad. Aun esto es controlado por Dios, Dios es quien pone las barreras, esto debería producir en nosotros tranquilidad, pues tenemos la certeza de que Dios nos guardará y no permitirá que suceda nada que no le de gloria a Él.

- La mujer de Job: Esta mujer parece más un castigo para Job que una consolación, su actitud es negativa, en lugar de cuidar a su marido y apoyarle hace todo lo contrario, hasta el extremo de decirle que mejor es que muera a que viva así, le culpa de los males que han ocurrido y lo insta a maldecir a Dios. Esta actitud, quizá no de una forma extrema la encontramos en nuestras iglesias, personas que su pensamiento siempre es negativo, hombres y mujeres que se dedican a destruir en lugar de reconstruir, rostros que imparten y contagian tristeza y desolación. ¡Que Dios nos libre de ser tan mala influencia como lo fue esta mujer!

- Job: Job entendió una verdad muy grande, Dios no es una máquina de vending ni una tarjeta de crédito que podemos usar cuando tenemos una necesidad, Dios no es una respuesta a nuestros problemas ni se logra nada con Él echándole una oración, no podemos pretender seguir a Dios cuando todo va bien y pasar de Él cuando no responde como nosotros queremos. Debemos comprender que los planes de Dios no son los nuestros, son superiores y la queja no debería nunca formar parte de nuestra oración, sino la paciencia y esperar a que Dios traiga la solución a su tiempo.


AP

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