Job 3 - Empatía divina



"Porque al ver mi alimento salen mis gemidos, y mis clamores se derraman como agua. Pues lo que temo viene sobre mí, y lo que me atemoriza me sucede. No tengo reposo ni estoy tranquilo, no descanso, sino que me viene turbación."

Es difícil ser cristiano hoy en día, pero más difícil aun es serlo cuando todo se te pone en contra. Job había perdido absolutamente todo lo que tenía, hijos, hijos, bienes materiales y su salud. El texto da a entender que Job era un hombre importante de su tiempo una persona en una buena posición económica y social, del día a la mañana vemos a este hombre perdiéndolo todo y que lo único que le queda es una mujer la cual ha perdido el propósito de su vida, ser ayuda idónea a su marido, más bien lo contrario se convierte en una carga y en otro azote físico y anímico para Job.

Si hasta ahora Job no ha atacado a Dios por sus circunstancias, así va a a seguir, Dios nunca perderá una apuesta y menos aun contra Satanás, Job no negará ni elevará ninguna queja ante Dios, pero sí que realizará un lamento audible que sin duda llegará ante el mismo trono de Dios. Este es el marco de este tercer capítulo el cual acaba de esta manera, "porque al ver mi alimento salen mis gemidos, y mis clamores se derraman como agua. Pues lo que temo viene sobre mí, y lo que me atemoriza me sucede. No tengo reposo ni estoy tranquilo, no descanso, sino que me viene turbación."

Este es un lamento de Job, un clamor hacia el cielo, se arrepiente del día en que nació, desearía haber muerto en el vientre de su madre, el tormento de Job no se encuentra en su físico, su alma está destrozada, no olvidemos que Job era una persona al igual que cada uno de nosotros. La situación de Job recuerda mucho a otro hombre el cual sufrió muchísimo en su espíritu, que rogó a su Padre evitar pasar por la carga de los pecados de los hombres, Job apunta a Jesús, nos recuerda ya desde el antiguo testamento el clamor de aquel que tiene su alma abatida y sin fuerzas, que eleva su lamento hacia el cielo por lo que está pasando.

¿Qué pensamos de Job? ¿Cuál sería nuestra reacción ante esta situación? ¿Cómo reaccionamos cuando vemos que alguien sufre? La respuesta a esto debiera ser la empatía. Aunque mi corazón, el cual es malo y desviado de Dios, quiere juzgar a Job y reprenderle, algo me recuerda que en su situación yo no sería tan diferente, me lleva a ser empático y a intentar comprender su situación y sus duras palabras. Así debiera ser siempre que alguien dice lo políticamente incorrecto, lo que se sale del guión, no debiéramos juzgar, todo lo contrario, mostrar empatía. El lamento no es una queja, es una expresión del alma, Job no echa en cara a Dios nada de lo que le ha ocurrido. Sin duda es algo que debiéramos pensar y asimilar antes de juzgar a los demás.


AP

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