"¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca
serán como viento impetuoso? ¿Acaso torcerá Dios el derecho, o pervertirá el
Todopoderoso la justicia?"
Tras una profunda
investigación he llegado a una conclusión, los niños tienen poderes mágicos. En
realidad no hace falta ser muy inteligente para darnos cuenta de esto, no hay
más que ver a un niño de solo unos meses como cualquier adulto que se le
acerque cambiará su voz y empezará a hacer tonterías al niño y a decir palabras
difíciles de creer, parece que la persona madura tiene solo unos meses de vida
y el niño hace lo que quiere con ella. Esto se ve más claro cuando el niño
crece, sabe manipular los sentimientos de sus padres, con llantos, caras
tristes y pucheritos, de esta manera consiguen todo lo que quieren.
Esta táctica, muchas personas
las continúan utilizando de más mayores, al final en mayor o menor medida todos
hemos sido profesionales de ellas, las tenemos muy arraigadas, viendo que
funcionaron cuando éramos niños, ¿porque no utilizarlas ahora? Un amigo de Job
le reprende porque Job en alguna medida estaba utilizando está mis táctica, "¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y
las palabras de tu boca serán como viento impetuoso? ¿Acaso torcerá Dios el
derecho, o pervertirá el Todopoderoso la justicia?"
Estas dos preguntas lanzan una
verdad y una afirmación incontestables, Dios no es movido por la pena, no lo
fue antes de la creación de la tierra, no lo fue en la caída, no lo ha sido en
la historia del hombre, no lo será en los juicios tras su venida, ni ocurrirá
en la eternidad. Dios no es movido por la pena, llorar para conseguir algo no
funciona ante Dios, nuestras lágrimas no ablandarán a un Dios misericordioso ni
cambiará sus planes porque le demos pena. Dios seguirá siendo el mismo, Dios
será movido a misericordia no porque lloremos, sino porque es misericordioso,
Dios continuará cumpliendo su ley y haciendo progresar sus planes.
Nuestra oración no cambiará
ningún designio divino, nuestros actos no producirán cambios en la voluntad
celestial, el Creador de todo no dejará de cuidar a sus criaturas aunque
personas lloren y clamen, el Rey continuará cumpliendo la ley por fuerte y
grandes que sean las lágrimas de sus siervos, el Padre no cesará su disciplina
por grande que sea el arrepentimiento. Dios obra conforme a su voluntad, esta
nunca falla, no hay planes secundarios, no existen en la mente de Dios, Él todo
lo hace recto, no hay error, sus atributos son sus propios límites, Dios no
será más misericordioso si su justicia se lo impide, no puede negarse a sí
mismo. Nuestras oraciones no son más que un medio utilizado por Dios para
cumplir sus propósitos, esto en vez de cuestionarnos porque orar debiera ser el
motor que nos lleva a orar más y tener un mayor comunión con nuestro Padre, "Y esta es la confianza que tenemos
delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos
oye."
AP
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