Job 8 - A Dios no le mueve la pena



"¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso? ¿Acaso torcerá Dios el derecho, o pervertirá el Todopoderoso la justicia?"

Tras una profunda investigación he llegado a una conclusión, los niños tienen poderes mágicos. En realidad no hace falta ser muy inteligente para darnos cuenta de esto, no hay más que ver a un niño de solo unos meses como cualquier adulto que se le acerque cambiará su voz y empezará a hacer tonterías al niño y a decir palabras difíciles de creer, parece que la persona madura tiene solo unos meses de vida y el niño hace lo que quiere con ella. Esto se ve más claro cuando el niño crece, sabe manipular los sentimientos de sus padres, con llantos, caras tristes y pucheritos, de esta manera consiguen todo lo que quieren.

Esta táctica, muchas personas las continúan utilizando de más mayores, al final en mayor o menor medida todos hemos sido profesionales de ellas, las tenemos muy arraigadas, viendo que funcionaron cuando éramos niños, ¿porque no utilizarlas ahora? Un amigo de Job le reprende porque Job en alguna medida estaba utilizando está mis táctica, "¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso? ¿Acaso torcerá Dios el derecho, o pervertirá el Todopoderoso la justicia?"

Estas dos preguntas lanzan una verdad y una afirmación incontestables, Dios no es movido por la pena, no lo fue antes de la creación de la tierra, no lo fue en la caída, no lo ha sido en la historia del hombre, no lo será en los juicios tras su venida, ni ocurrirá en la eternidad. Dios no es movido por la pena, llorar para conseguir algo no funciona ante Dios, nuestras lágrimas no ablandarán a un Dios misericordioso ni cambiará sus planes porque le demos pena. Dios seguirá siendo el mismo, Dios será movido a misericordia no porque lloremos, sino porque es misericordioso, Dios continuará cumpliendo su ley y haciendo progresar sus planes.

Nuestra oración no cambiará ningún designio divino, nuestros actos no producirán cambios en la voluntad celestial, el Creador de todo no dejará de cuidar a sus criaturas aunque personas lloren y clamen, el Rey continuará cumpliendo la ley por fuerte y grandes que sean las lágrimas de sus siervos, el Padre no cesará su disciplina por grande que sea el arrepentimiento. Dios obra conforme a su voluntad, esta nunca falla, no hay planes secundarios, no existen en la mente de Dios, Él todo lo hace recto, no hay error, sus atributos son sus propios límites, Dios no será más misericordioso si su justicia se lo impide, no puede negarse a sí mismo. Nuestras oraciones no son más que un medio utilizado por Dios para cumplir sus propósitos, esto en vez de cuestionarnos porque orar debiera ser el motor que nos lleva a orar más y tener un mayor comunión con nuestro Padre, "Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye."


AP

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