"Porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia, y su
fidelidad por todas las generaciones."
En la revista Constellación,
de enero de 1949, se publicó una dramática narración relacionada con la muerte
de un lavador de una empresa ferroviaria. Por descuido o negligencia, el
desventurado empleado quedó preso dentro de un vagón frigorífico. Después de un
corto viaje de aproximadamente 30 kilómetros, fue encontrado muerto. Pero poco
antes de morir escribió la siguiente nota,
en la que retrató su terrible agonía: "El frío aumenta. Temo que
nadie vendrá en mi socorro. Me estoy congelando lentamente y mis miembros se
están adormeciendo. Siento que ya no tengo fuerzas para escribir". Cuando
se hizo la autopsia se constató que el lavador de vagones no había muerto de
frío. Después descubrieron que el refrigerador no estaba funcionando.
En esta historia real se
demuestra como el miedo puede llegar a afectar al cuerpo humano, como nuestra
mente puede llegar a engañar a todo nuestro cuerpo y hacerle creer que suceden
cosas que en él que son falsas y de esta manera no disfrutar de la vida
plenamente. Realmente el miedo no debería nunca controlarnos siendo hijos de
Dios, para esto hay tres claves, que de seguirlas, entenderlas y guardarlas en
nuestro corazón y grabándolas a fuego, debieran hacernos vivir de otra forma
cuando el miedo aparece, "porque el
Señor es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las
generaciones."
Estas tres promesas de Dios
debieran ser algo que nuestra mente repitiera en su interior constantemente,
igual que el miedo nos convence de que es una realidad, nosotros debiéramos
convencer a nuestro cuerpo de las verdades respecto a Dios.
- El Señor es bueno: Esto es lo primero que debemos comprender,
Dios es bueno. Ante todo es imprescindible que nuestra mente asimile que Dios
es bueno en su esencia, en Él no existe la maldad, no hay malos pensamientos,
no existe el rencor, nunca Dios realizará una mala acción o injusta, todo lo
contrario absolutamente todo lo que surja de su mano será bueno; y por
supuesto, siendo así, también será bueno con cada uno de nosotros.
- Para siempre es su misericordia: ¿Puede existir en el mundo una
persona perfecta en misericordia? No me atrevo a decir que no, pero realmente
creo que es algo extremadamente difícil ya que mostrar misericordia al
miserable, al que no la conoce es extraño ya que nuestro corazón no suele
querer aceptar y perdonar a aquel que no lo merece. Pero Dios no es así, Dios
ha sido, es y será misericordioso, no rechazará al que venga arrepentido, todo
lo contrario, la abrazará con sus manos de amor y le restituirá.
- Su fidelidad por todas las
generaciones: A lo largo de la vida las personas cambiamos en muchos
aspectos, las situaciones que vivimos, los problemas que superamos hacen que
nuestro carácter se vaya moldeando, estamos en continuo cambio, en una transformación
diaria. Dios en cambio no es así, puede cambiar sus formas, pero Él no cambia,
y su fidelidad tampoco. Desde Adán y Eva, hasta el día de hoy, Dios siempre ha
sido fiel con sus hijos, nunca se ha olvidado de ellos. Podemos estar
tranquilo, da igual cual sea el miedo o la inseguridad que tengamos, podémonos
estar seguros que Dios será fiel con
nosotros.
AP
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