“¡Aleluya! Dad gracias al Señor, porque es bueno; porque para siempre es
su misericordia”
Escuché el caso de una chica que provenía de una familia pobre y ella
comenzó a trabajar muy duro para ayudar a su madre viuda y comprarle una casa.
Por fin lo logró y el día que llevó a su madre para enseñarle la casa y darle
las llaves, recibió sólo palabras de queja. ¿Por qué gastaste tanto dinero en
esto? Ahora el gobierno no me dará la pensión que recibo, no tiene estufa, ni
nevera, etc., etc. Aquella chica salió muy triste de ese lugar.
Realmente lo que había hecho la chica era algo bueno, había logrado con
su esfuerzo darle una solución a la vida de su madre, pero la mujer no la
aceptó de muy buenas formas, más bien lo contrario, se sintió atacada. Esto se
parece mucho a cuando Dios nos trae su solución a algún problema, nuestra
respuesta es la queja, pero no debiera ser así, sino, “¡Aleluya! Dad gracias al Señor, porque es bueno; porque para siempre
es su misericordia.”
Es increíble lo mucho que nos parecemos al pueblo de Israel, salieron de
la esclavitud de Egipto, Dios los liberó, Dios les demostró no solo lo bueno
que es, sino también la misericordia que tenía hacia ellos, pero en cambio su
respuesta no fue muy buena, todo lo contrario, fue de queja, echaron de menos
la esclavitud egipcia, los latigazos, los malos tratos, solo porque
aparentemente estar tras la esclavitud les traía seguridad de comida y hogar.
Pero Dios ante su queja no reaccionó como un Dios malo y los destruyó a
todos por sus quejas, sino que abrió el mar, les puso una guía y protección en
forma de fuego y nube y los guardó, los guio y tuvo misericordia de ellos. ¡Cuántas
veces echamos de menos nuestro Egipto particular! ¡Qué bien estábamos antes
cuando Dios no se metía en nuestros asuntos! Pero hay una realidad, Dios es
bueno y su misericordia para con nosotros es para siempre. Seamos agradecidos,
aunque podamos pensar que antes estábamos mejor, porque la nube nos esta cubriendo
del sol y guiándonos y el fuego nos calienta del frío y nos libra de los
enemigos.
AP
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