Salmo 108 - Viviendo en la tranquilidad del Padre



"Danos ayuda contra el adversario, pues vano es el auxilio del hombre."

En medio de la oscura noche se oye un grito, el silencio se destruye y el llanto del niño irrumpe y llena toda la casa, desde la habitación contigua su padre se levanta, con sueño, tropieza con la pata de la cama, se lamenta del dolor y se dirige rápidamente al cuarto donde el pequeño está llorando. Se sienta en la cama, abraza a su hijo, le calma, era solo una pesadilla, todo ha pasado ya, el llanto se detiene, ya no hay nada que le pueda hacer daño, nada que pueda darle miedo, nada que le pueda atacar, su padre está allí, con él y se siente seguro.

En nuestra niñez todos hemos llorado por miedo, pesadilla, por pensar que había algo debajo de nuestra cama o dentro de nuestro armario, nuestra mente al llegar la oscuridad llenaba todo de enemigos feroces que nos amenazaban lo que debiera ser una noche de tranquilidad y descanso, pero en medio de todo eso, estaba nuestro padre, el que nos daba la tranquilidad y nos hacía dormir seguros. En la vida tenemos muchos adversarios, rivales reales o imaginarios, pesadillas problemas y necesitamos socorro, por eso es una buena elección decir, "danos ayuda contra el adversario, pues vano es el auxilio del hombre."

De ningún modo me atreveré a decir que pedir ayuda a una persona es una mala idea, todo lo contrario, Dios nos ha puesto unos a otros para ayudarnos, apoyarnos y darnos consuelo en los momentos en que todo parece derrumbarse, pero  hay una realidad que no podemos ignorar, "maldito el hombre que confía en el hombre". El hombre no puede quitar los miedos, puede calmarlos temporalmente, pero como el niño que tiene una pesadilla, su padre volverá a dormir y él se quedará de nuevo solo.

Que diferente son las cosas con el Padre celestial, Él nunca nos deja, Él es mucho más poderoso que cualquier adversario que pueda venir, Él no vuelve a dormir sino que se queda con nosotros y nos protege, nos ama y nos abraza. La ayuda de cualquier hombre es temporal, vana en la gran mayoría de las situaciones, sin soluciones, pero en cambio no es así con Dios. ¿Tienes adversarios que te ahogan? Dios es la respuesta al problema y como buen Padre vendrá en rescate de un hijo que sufre.


AP

Comentarios

Publicar un comentario