"Grandes son las obras
del Señor, buscadas por todos los que se deleitan en ellas"
Hay
una película que expresa el deseo de todo ser humano, llamada En busca de la
felicidad. Esta película nos narra la historia de Chris Gardner (Will
Smith), un vendedor brillante y con
talento, pero su empleo no le permite cubrir sus necesidades más básicas. Tanto
es así que acaban echándolo, junto a su hijo de cinco años, de su piso de San
Francisco, y ambos no tienen ningún lugar al que ir. Cuando Gardner consigue
hacer unas prácticas en una prestigiosa correduría de bolsa, los dos
protagonistas tendrán que afrontar muchas adversidades parar hacer realidad su
sueño de una vida mejor.
Este
sin duda es el fin y propósito de toda persona, la felicidad, la autorrealización,
alcanzar una vida mejor, la cual se suele basar en un buen trabajo, formar una
familia con una mujer o un marido maravilloso, unos hijos modélicos y
envidiables, un buen lugar para vivir, estabilidad económica y sobretodo salud.
Este es el prototipo de felicidad que todos deseamos, ¿quién no querría esto? ¿Cómo
no podríamos querer que nuestras vidas fueran así? El salmista en cambio nos
ofrece otro concepto respecto a la felicidad y la alegría "grandes son las obras del Señor, buscadas por todos los que se
deleitan en ellas."
Esta
idea de felicidad choca de frente con el prototipo de vida feliz creado por
Hollywood, en el que los bienes materiales y en su obtención, en la opinión
también que otros tienen de nosotros. Pero me pregunto, ¿se puede ser feliz
fuera de este ideal? ¿Será posible ser alegre aun cuando no tenemos trabajo, no
llegamos a final de mes o nuestra familia no es tan perfecta como los Flanders
en los Simpsons? La respuesta es un rotundo sí. El texto así nos lo presenta,
por encima las cosas que podamos tener están las grandes obras de Dios, que
superan cualquier bien material o familia feliz que podamos conseguir, nuestra
misión es mirarlas, contemplarlas y alegrarnos en ellas.
Por
supuesto esto no es nada sencillo, estamos tan impregnados del pensamiento de
nuestra sociedad que dejarlo a un lado es totalmente incomprensible, parece una
locura ser feliz mirando algo más que no sea nuestro propio ombligo, pero es
posible, Pablo lo experimentó, "Pero,
todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de
Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del
incomparable valor de conocer a Cristo Jesús mi Señor, por quien lo he perdido
todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo." ¡Esto es
espectacular! Pablo considera basura una buena posición social, fama, una buena
casa, amigos, absolutamente todo comparado con el amor de Cristo, porque hay
acaso mayor obra de Dios que la muerte de Jesús, ninguna. Concienciémonos de
esto, observemos las grandes obras de Dios y deleitémonos en ellas, que nuestro
deleite esté en las cosas celestiales y no tanto en las de este mundo.
AP
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