Salmo 111 - ¿Qué estás buscando?



"Grandes son las obras del Señor, buscadas por todos los que se deleitan en ellas"

Hay una película que expresa el deseo de todo ser humano, llamada En busca de la felicidad. Esta película nos narra la historia de Chris Gardner (Will Smith),  un vendedor brillante y con talento, pero su empleo no le permite cubrir sus necesidades más básicas. Tanto es así que acaban echándolo, junto a su hijo de cinco años, de su piso de San Francisco, y ambos no tienen ningún lugar al que ir. Cuando Gardner consigue hacer unas prácticas en una prestigiosa correduría de bolsa, los dos protagonistas tendrán que afrontar muchas adversidades parar hacer realidad su sueño de una vida mejor.

Este sin duda es el fin y propósito de toda persona, la felicidad, la autorrealización, alcanzar una vida mejor, la cual se suele basar en un buen trabajo, formar una familia con una mujer o un marido maravilloso, unos hijos modélicos y envidiables, un buen lugar para vivir, estabilidad económica y sobretodo salud. Este es el prototipo de felicidad que todos deseamos, ¿quién no querría esto? ¿Cómo no podríamos querer que nuestras vidas fueran así? El salmista en cambio nos ofrece otro concepto respecto a la felicidad y la alegría "grandes son las obras del Señor, buscadas por todos los que se deleitan en ellas."

Esta idea de felicidad choca de frente con el prototipo de vida feliz creado por Hollywood, en el que los bienes materiales y en su obtención, en la opinión también que otros tienen de nosotros. Pero me pregunto, ¿se puede ser feliz fuera de este ideal? ¿Será posible ser alegre aun cuando no tenemos trabajo, no llegamos a final de mes o nuestra familia no es tan perfecta como los Flanders en los Simpsons? La respuesta es un rotundo sí. El texto así nos lo presenta, por encima las cosas que podamos tener están las grandes obras de Dios, que superan cualquier bien material o familia feliz que podamos conseguir, nuestra misión es mirarlas, contemplarlas y alegrarnos en ellas.

Por supuesto esto no es nada sencillo, estamos tan impregnados del pensamiento de nuestra sociedad que dejarlo a un lado es totalmente incomprensible, parece una locura ser feliz mirando algo más que no sea nuestro propio ombligo, pero es posible, Pablo lo experimentó, "Pero, todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo." ¡Esto es espectacular! Pablo considera basura una buena posición social, fama, una buena casa, amigos, absolutamente todo comparado con el amor de Cristo, porque hay acaso mayor obra de Dios que la muerte de Jesús, ninguna. Concienciémonos de esto, observemos las grandes obras de Dios y deleitémonos en ellas, que nuestro deleite esté en las cosas celestiales y no tanto en las de este mundo.

AP

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