Salmo 115 - Dios hace de Dios



"Nuestro Dios está en los cielos: Él hace lo que le place"

Durante los últimos tiempos ha habido algunas series de televisión ambientadas en tiempos pasados que han tenido mucho éxito. Series como Roma, los Borgia, Isabel, Spartacus, Reign, águila roja, los Tudor o Juego de Tronos. Estas series más o menos reales nos transportaban al pasado para recordarnos que antiguamente no existía la toma de decisiones conjunta. El gobernador o el rey tenía el poder de decidir todo lo que convenía para el pueblo o el país, es posible que tuviese un grupo de consejeros, pero finalmente, aunque todos dijesen lo contrario su palabra es la que valía, sus decretos se llevaban a cabo fuesen buenos o malos.

Humanamente estamos en una mejor época, donde si la persona que gobierna no lo hace bien probablemente no repetirá gobierno, el pueblo tiene el poder y solo por medio de la violencia y las amenazas un gobierno se puede perpetrar en el poder. El concepto que las series nos presentan es interesante, tenemos a un rey que tiene su trono y hace lo que quiere. Nunca debiéramos olvidar que por encima de cualquier rey en la tierra hay otro Rey superior. "Nuestro Dios está en los cielos: Él hace lo que le place."

Esta afirmación parece muy obvia, totalmente lógica, pero en ocasiones perdemos tanto la perspectiva que parece que creamos que no es cierta. El cielo es el trono de Dios, en la antigüedad era habitual ver que un rey era envenenado o asesinado para que perdiera el puesto, aunque estaban en su trono, aunque su acceso era difícil seguía siendo posible acceder a él. Dios no es así, Él tiene su trono en los cielos, donde ningún hombre puede llegar, se sienta en un trono eterno al que nadie puede acceder, no existe la sucesión, Dios es el Rey y los cielos son su palacio, interminables, sin límites, tal y como Él mismo es.

Pero como Rey no únicamente esta en los cielos, sino que decreta, habla y se cumple, desde el principio vemos que todo está sujeto a su palabra, la creación no parte de una manufactura, únicamente son palabras y todo le obedece, está en su derecho de echar al hombre y a la mujer del huerto, de destruir la tierra con agua, de que su pueblo, la que Él califica como la niña de sus ojos, Israel, esté cuarenta años dando vueltas en un desierto. Dios es el legislador y hace lo que quiere, tiene misericordia de quien quiere y no la tiene de quien no quiere. Dios puede hacer lo que le place porque sencillamente es Dios, porque Él es perfecto y no hay errores en Él.

Ninguna criatura tiene derecho a cuestionar sus decisiones, nadie puede obligarle a hacer o a deshacer, nadie debiera decir que hace algo en el nombre de Jesús que no esté claro que realmente proviene de Dios, Dios no depende de nuestras ideas, propósitos o deseos, a Dios no le conmueve la pena, ni hace algo porque lloremos como niños pequeños. Dios hace lo que hace porque así le place, porque siente placer en hacer lo que quiere sabiendo que es bueno. Nosotros no somos quienes para decirle a Dios lo que debe hacer, pidamos sabiendo que por encima de nosotros está la voluntad y los decretos de Dios.


AP

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