"Abridme las puertas de la justicia; entraré por ellas y daré
gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor; los justos entrarán por ella. Te
daré gracias porque me has respondido, y has sido mi salvación. La piedra que
desecharon los edificadores ha venido a ser la piedra principal del
ángulo."
A la hora de construir un
edificio es vital el tipo de material que se utilizará, obviamente para su
elección se debe valorar las condiciones donde el edificio será construido. No
se utilizarán los mismos materiales en una casa en los Alpes que en Barcelona o en Santo
Domingo, el clima, la temperatura, la humedad influyen no solo en los
materiales a escoger, sino también en la estructura que el edificio tendrá. El
arquitecto realizará los planos y llevará a cabo el proyecto, buscará lo más
adecuado para que no solo sea práctico el edificio sino también agradable.
En cualquier edificio las
esquinas cobran una importancia vital, al fin y al cabo será la parte que más
peso soporte, exactamente igual que sucede en una mesa cada uno de los extremos
será el encargado de dar solidez y estabilidad a la estructura. Esto es
importante comprenderlo, porque la justicia y la salvación funcionan de la
misma manera, "abridme las puertas
de la justicia; entraré por ellas y daré gracias al Señor. Esta es la puerta
del Señor; los justos entrarán por ella. Te daré gracias porque me has
respondido, y has sido mi salvación. La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la piedra principal del ángulo."
Los constructores religiosos
de toda la historia han desechado la piedra principal del ángulo, de la
esquina, del edificio de la salvación y la justicia, la han sustituido por la
ley, las buenas obras, las confesiones, el dinero, la idolatría, la felicidad,
el bienestar personal y han dejado a un lado la piedra principal, a Jesús. Este
salmo fue escrito cientos de años antes de que Jesús naciera y sin duda estas
palabras apuntaban a Él, como Jesús mismo se autodenominaría así ante los
fariseos. Jesucristo es la piedra principal, sobre la que se apoya el peso de
la justicia y de la salvación.
Sí, es imposible salvarse por
medio de buenas obras, meditación, tener buenas intenciones, ganar mucho dinero
o confesarte a un hombre el único camino es Jesús, la puerta es de madera
tallada y manchada de la sangre del que no había cometido pecado y murió como
un vil delincuente, su cuerpo fue enterrado y venció a la muerte resucitando.
Esta puerta es el camino a la salvación, la piedra en la que se sustenta se
llama Jesús, solo a través de Él es posible encontrar la justicia y salvación.
Los sabios la desecharon, los poderosos creyeron no necesitarla, los sanos
huyeron de ella y los religiosos intentaron destruirla. Pero los pecadores la
encontramos, nos topamos con ella y fue abierta para que pudiésemos entrar.
¡Bendito sea el nombre del Señor, la piedra del ángulo por la que encontramos
justicia y salvación!
AP
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