Job 13 - Seguridad de salvación



"Aunque Él me mate, en él esperaré; pero defenderé mis caminos delante de Él. Esta también será mi salvación, porque un impío no comparecería en su presencia. Escuchad atentamente mis palabras  que mi declaración llene vuestros oídos. He aquí ahora, yo he preparado mi causa, se que seré justificado. ¿Quién contenderá conmigo?, porque entonces me callaría y moriría."

En el cine de animación hay muchos personajes que pueden ser recordados como legendarios, que aunque pasen los años, seguirán siendo reconocidos, seguirán siendo recordados para siempre. Uno de ellos sin duda es el personaje del cuento de Pinocho llamado Pepito grillo. Su papel es obvio y no hay que fijarse mucho, representa la conciencia, algo que todos tenemos, que nos muestra lo bueno y lo malo, pero también es cierto que la conciencia puede ser apagada, puede ser acallada, pero la suerte que es los que somos hijos de Dios no solo tenemos una conciencia sino algo superior, al propio Espíritu Santo que nos muestra la verdad y ningún hombre pude callarlo.

Job estaba cansado, no quería oír más hablar a sus amigos únicamente quería hablar con Dios, buscar una explicación celestial y toma de su conciencia, la cual no le culpa como argumento para hablar con Dios de esta manera "aunque Él me mate, en él esperaré; pero defenderé mis caminos delante de Él. Esta también será mi salvación, porque un impío no comparecería en su presencia. Escuchad atentamente mis palabras  que mi declaración llene vuestros oídos. He aquí ahora, yo he preparado mi causa, se que seré justificado. ¿Quién contenderá conmigo?, porque entonces me callaría y moriría."

La preocupación real de Job no se encontraba en su enfermedad o en su situación, lo que a Job le importaba era su salvación eterna y tenía la seguridad en Dios, buscaba la justificación que viene del cielo y la opinión de Dios era la única que le importaba, su felicidad no la encontraba en la respuesta a una oración, sino en disfrutar de poder hablar con Dios, lo que él deseaba era comparecer ante Dios, hablar con su Padre, se veía capaz de presentarse porque no había hipocresía en él, sino sinceridad y amor hacia Dios.

Qué gran lección nos da Job, él continuaba confiando en la misericordia y el amor de Dios, de continuar creyendo que la justificación y la salvación vienen de Cristo y que es superior a cualquier cosa que podamos tener en la vida, de saber que aun la muerte es un reencuentro con nuestro Padre, que Dios no tiene la misma visión que nosotros tenemos de las circunstancias. ¡Gloria sea a Dios que nos ha regalado al Espíritu para darnos seguridad de salvación en medio de las pruebas! Aferrémonos a Él y creamos que en Él es donde encontramos el consuelo para vivir la vida como el hijo del Rey debe vivirla.


AP

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