"Pero Él es único, ¿y quién le hará cambiar? Lo que desea su alma,
eso hace. Porque Él hace lo que está determinado para mí, y muchos decretos
como éstos hay con Él."
Estamos en una época en que lo
exclusivo está de moda. Recientemente se ha realizado un programa de televisión
sobre el chef David Muñoz y su restaurante Diverxo. Este es el octavo
restaurante en España que obtiene tres estrellas Michelin y sin duda uno de los
restaurantes más cotizados y caros de visitar según el menú que se escoja. Este
es un restaurante exclusivo, que no únicamente se basa en ofrecer buena comida,
sino que lo que ofrece es una variedad de sabores, sensaciones, olores, fusión
de gustos, ofrece algo que no puedes encontrar en ningún sitio.
Hoy en día esto es lo que se
busca, ser diferente a los demás, marcar la diferencia en algún punto que nos
haga ser extravagantes y diferentes. Pero aun buscando estas cosas que nos
diferencian, todas las personas seguimos estando atados a leyes naturales que
no podemos vencer. Nadie puede anular la gravedad o cambiar la manera de
respirar habitual, no es posible dejar de sucumbir a nuestra necesidad y
tendencia hacia el pecado. Pero hay alguien que si que es exclusivo, que nadie
le puede hacer sombra ni compararse a Él. "Pero
Él es único, ¿y quién le hará cambiar? Lo que desea su alma, eso hace. Porque
Él hace lo que está determinado para mí, y muchos decretos como éstos hay con
Él."
Por mucho que yo desee ganar
100.000 € al día es algo prácticamente imposible lograrlo, por mucho que yo
quisiera mover mis brazos y alzarme del suelo, la gravedad lo impediría, aunque
desease con todo mi corazón que mis células se regeneraran eternamente y nunca
llegase mi muerte, realmente no podría hacerlo nunca, soy como el resto de los
mortales, incapaz de controlar el desgaste de los años. No existe exclusividad
en el hombre, todos somos iguales, no hay nada que nos haga ser diferentes en
nuestra esencia.
Pero no ocurre lo mismo con
Dios, Él sí que es último, Dios es exclusivo, una pieza de valor incalculable
que si se pudiese tener en una vitrina no tendría comparación. Todo lo que Él
desea lo hace, no existen cambios en su pensamiento ni plan que fracase, todo
lo contrario. Él es el que marca la senda por la que caminaremos, él es el que
trae los beneficios de la vida y permite las pérdidas, el que nos auxilia y en
ocasiones nos deja para nuestra enseñanza y crecimiento. Dios decreta y se
cumple, nunca falla. Es un Dios exclusivo que elige a los que son suyos y que
ninguno puede alcanzarle por medio de ninguna obra. Dios es exclusivo y su
valor es mayor que el del metal y la piedra más preciosa.
AP
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