Job 23 - El Dios exclusivo



"Pero Él es único, ¿y quién le hará cambiar? Lo que desea su alma, eso hace. Porque Él hace lo que está determinado para mí, y muchos decretos como éstos hay con Él."

Estamos en una época en que lo exclusivo está de moda. Recientemente se ha realizado un programa de televisión sobre el chef David Muñoz y su restaurante Diverxo. Este es el octavo restaurante en España que obtiene tres estrellas Michelin y sin duda uno de los restaurantes más cotizados y caros de visitar según el menú que se escoja. Este es un restaurante exclusivo, que no únicamente se basa en ofrecer buena comida, sino que lo que ofrece es una variedad de sabores, sensaciones, olores, fusión de gustos, ofrece algo que no puedes encontrar en ningún sitio.

Hoy en día esto es lo que se busca, ser diferente a los demás, marcar la diferencia en algún punto que nos haga ser extravagantes y diferentes. Pero aun buscando estas cosas que nos diferencian, todas las personas seguimos estando atados a leyes naturales que no podemos vencer. Nadie puede anular la gravedad o cambiar la manera de respirar habitual, no es posible dejar de sucumbir a nuestra necesidad y tendencia hacia el pecado. Pero hay alguien que si que es exclusivo, que nadie le puede hacer sombra ni compararse a Él. "Pero Él es único, ¿y quién le hará cambiar? Lo que desea su alma, eso hace. Porque Él hace lo que está determinado para mí, y muchos decretos como éstos hay con Él."

Por mucho que yo desee ganar 100.000 € al día es algo prácticamente imposible lograrlo, por mucho que yo quisiera mover mis brazos y alzarme del suelo, la gravedad lo impediría, aunque desease con todo mi corazón que mis células se regeneraran eternamente y nunca llegase mi muerte, realmente no podría hacerlo nunca, soy como el resto de los mortales, incapaz de controlar el desgaste de los años. No existe exclusividad en el hombre, todos somos iguales, no hay nada que nos haga ser diferentes en nuestra esencia.

Pero no ocurre lo mismo con Dios, Él sí que es último, Dios es exclusivo, una pieza de valor incalculable que si se pudiese tener en una vitrina no tendría comparación. Todo lo que Él desea lo hace, no existen cambios en su pensamiento ni plan que fracase, todo lo contrario. Él es el que marca la senda por la que caminaremos, él es el que trae los beneficios de la vida y permite las pérdidas, el que nos auxilia y en ocasiones nos deja para nuestra enseñanza y crecimiento. Dios decreta y se cumple, nunca falla. Es un Dios exclusivo que elige a los que son suyos y que ninguno puede alcanzarle por medio de ninguna obra. Dios es exclusivo y su valor es mayor que el del metal y la piedra más preciosa.

AP


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