"¿Cómo puede un hombre, pues ser justo con Dios? ¿O cómo puede ser
limpio el que nace de mujer? Si aun la luna no tiene brillo y las estrellas no
son puras a sus ojos. ¡Cuánto menos el hombre, esa larva, y el hijo del hombre,
ese gusano!"
Para entender el tema central
y el hilo argumental de cualquier libro, película, historia, cuento, etc. lo
mejor es comenzar mirando la primera y última parte, esto nos dará indicios
claros de cuál va a ser el tema central y nos marca lo que el autor va a querer
destacar. Lo mismo ocurre con la Biblia comienza mostrando a un Dios poderoso
que crea y acaba enseñando como su Gloria es magnificada en los eventos futuros
tras el retorno de Cristo. Este es el mensaje de toda la Biblia, Dios es
grande, poderoso y digno de gloria.
En contraposición encontramos
al hombre, cuyo primera escena es la de su caída y desobediencia a Dios. Aunque
Bildad pronuncia sus palabras en forma de ataque a Job, son buenas para que
reflexionemos, "¿cómo puede un
hombre, pues ser justo con Dios? ¿O cómo puede ser limpio el que nace de mujer?
Si aun la luna no tiene brillo y las estrellas no son puras a sus ojos. ¡Cuánto
menos el hombre, esa larva, y el hijo del hombre, ese gusano!"
El mensaje que lanza Bildad es
exactamente el mismo que vemos en todo el antiguo y nuevo testamento. Dios es
grande y santo y ningún hombre puede compararse con Él, todo lo contrario, la
esencia de Dios ridiculiza y deja en mal lugar la realidad del ser humano.
Bildad nos compara con una larva o un gusano, Pablo dice que los hijos de Dios
son tontos, débiles y viles, en resumen lo peor del mundo.
Esto en realidad no es
agradable y puede parecer incluso ofensivo, ninguno de nosotros nos gusta
sentirnos menospreciados o tomados por poca cosa, pero en cambio vemos que la
Biblia una y otra vez busca la comparación del hombre con Dios y en este caso
siempre saldremos perdiendo. Por muy justo que sea un hombre nunca podrá
compararse con la justicia de Dios, por bueno que llegue a ser el ser humano,
su corazón tenderá al mal y se chocará contra Dios. El hombre debe ser
humillado para que Dios sea exaltado, todo lo que ocurre tiene como propósito
la exaltación de Dios. Sí, somos poca cosa, de poco valor y esto es bueno,
porque al vernos así tomamos en importancia la cruz y la sangre de Cristo, por
la cual somos valiosos y gracias a ella somos perfeccionados y aceptables ante
los ojos de Dios. ¡Qué afortunados somos de conocer a Cristo y haber sido
perdonados!
AP
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