Job 27 - ¿Hasta dónde aguantarás?



"Porque mientras haya vida en mí, y el aliento de Dios esté en mis narices, mi labios, ciertamente, no hablarán injusticia, ni mi lengua proferirá engaño. Lejos esté de mí que os dé la razón; hasta que muera, no abandonaré mi integridad."

Todos hemos visto alguna película de James Bond en alguna ocasión, en este tipo de películas de espías, mafias, etc. no es extraño ver como algunas personas son secuestradas e interrogadas hasta que dan la información que quieren obtener. Los métodos pueden ser tanto de presión física como psicológica, cualquier método es bueno, incluso ir tras familiares, amigos, mujer o hijos. Normalmente en estas situaciones ocurren dos cosas, o la persona habla o de alguna manera poco creíble escapa y logra vencer.

Job estaba en una situación no muy diferente a esta, sus amigos no querían matarle, no buscaban información confidencial pero sí que esperaban que abandonase su verdadero estilo de vida y renegase de Dios, pero aun así Job se mantuvo en sus pensamientos, "porque mientras haya vida en mí, y el aliento de Dios esté en mis narices, mi labios, ciertamente, no hablarán injusticia, ni mi lengua proferirá engaño. Lejos esté de mí que os dé la razón; hasta que muera, no abandonaré mi integridad."

En la vida nos podemos sentir exactamente igual, los problemas, el pecado que hay en el mundo, la sociedad, la contaminación espiritual que recibimos cada día intentando hacer que abandonemos nuestra integridad. Tantas presiones, parece prácticamente imposible vivir realmente dentro de los límites de la vida cristiana y piadosa. Se convierte en una verdadera odisea en ocasiones huir de la contaminación que la sociedad nos trae.

Pero es posible, como Job propuso en su corazón no hablar injusticia ni proferir engaño, como Daniel propuso no contaminarse con la comida del Rey, igualmente nosotros podemos luchar contra los ataques de la sociedad, contra el sexo fácil, contra la inmoralidad, la corrupción y la facilidad de ganar dinero fácil de forma no muy legítima. Quizá por nosotros mismos sea imposible, pero de nuestra parte tenemos al Espíritu Santo, el cual nos guiará a andar en las buenas obras que Dios preparó de antemano, y saldremos victoriosos, porque es Cristo quien nos da la victoria y si realmente somos Hijos de Dios, sin ninguna duda nos preservará.


AP

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