"Cuando Él dio peso al viento, determinó las aguas por medida;
cuando puso límite a la lluvia y camino para el rayo, entonces Él la vio y la
declaró, la estableció y también la escudriño. Y dijo al hombre: "He aquí,
el temor del Señor es sabiduría, y apartarse del mal, inteligencia."
Jerónimo Hernández nacido hace
50 años en Salamanca ha sido el concursante con mayor tiempo de permanencia en
el programa de pasapalabra tras 121 programas. Es licenciado en Ciencias de la
Educación y prepara el doctorado en Historia de la Educación. Trabaja como
funcionario de la Universidad de Salamanca e imparte charlas y conferencias
relacionadas con cultura general y aprendizaje, en las que ilustra a los
asistentes con el punto de vista que le ha aportado su paso por el concurso. Su
beneficio en el programa asciende por encima de los 133.000€ y en varias
ocasiones ha estado a un solo acierto del bote cercano al millón de euros.
Ver a Jero participar debo
reconocer que era un placer, verlo como letra tras letra acertaba prácticamente
todas las palabras. Sin duda este se le puede considerar un hombre inteligente
y sabio, así lo dicta el hecho de que sea el mejor participante de este
programa. El capítulo 28 de Job, también habla de la sabiduría, de su significado
y Job narra cómo buscando la sabiduría por toda la tierra es imposible
encontrarla, pero al mirar con los ojos del cielo la cosa cambia, "cuando Él dio peso al viento,
determinó las aguas por medida; cuando puso límite a la lluvia y camino para el
rayo, entonces Él la vio y la declaró, la estableció y también la escudriño. Y
dijo al hombre: "He aquí, el temor del Señor es sabiduría, y apartarse del
mal, inteligencia."
A las personas nos encanta
categorizar y medir la inteligencia, hacemos test de cociente intelectual, separamos
las clases juntando a los más avanzados y menos, creamos programas de
televisión para exaltar los conocimientos y otros para ridiculizar a los
concursantes con su falta de información. Aunque quizá en España no se pague
excesivamente bien los conocimientos en el mercado laboral, se valora más la
aptitud y la experiencia, poco a poco parece que se reivindica que los
conocimientos y la inteligencia se valoren.
Esto se está metiendo en la
iglesia, por supuesto es bueno estudiar la Biblia, obviamente aquellos que son
llamados al ministerio es recomendable que se formen en un seminario o escuela
bíblica, pero no podemos caer en el error que hoy en día parece que se está
moviendo, de ver quién sabe más, hay una corriente de intelectualismo bíblico
el cual es un grave error, porque en el momento en que nos volvemos simplemente
intelectuales perdemos la noción del espíritu y nos enfriamos. La verdadera
sabiduría se encuentra en el temor a Dios, el cual solo se puede lograr conociéndole
por la Biblia y la oración y la inteligencia no está en nuestro conocimiento,
sino en la aplicación diaria de las palabras escritas en la Biblia. Huyamos del
intelectualismo, vivamos la Biblia, seamos sabios temiendo a Dios e
inteligentes apartándonos del mal para vivir vidas santas.
AP
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