"Y respondió Eliú, hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven,
y vosotros ancianos; por eso tenía timidez y me atemorizaba declararos lo que
pienso. Yo pensé que los días hablarían, y los muchos años enseñarían
sabiduría. Pero hay un espíritu en el hombre, y el soplo del Todopoderoso le da
entendimiento. Los de muchos años quizá no sean sabios, ni los ancianos
entiendan justicia."
Cuando una persona estudia un
oficio o una carrera no es de extrañar que no acepte de buen grado los consejos
y opiniones de otra persona la cual no tiene conocimiento. Es algo lógico en
parte, al fin y al cabo un ingeniero informático en cuanto a temas relacionados
con sus estudios poco podrá aprender de un dependiente de tienda o de un
médico, sería absurdo que los que no tienen conocimiento enseñen a aquel que
los tiene, probablemente las instrucciones sean incorrectas y sin sentido.
Hasta el capítulo 31, la gran
mayoría de las conversaciones ocurren entre Job y tres de sus amigos, hombres
mayores, incluso sabios probablemente, pero entra en liza un nuevo personaje,
llamado Eliú, un joven que hasta ahora había permanecido en silencio, pero que
llegado este punto toma la palabra, "y
respondió Eliú, hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros
ancianos; por eso tenía timidez y me atemorizaba declararos lo que pienso. Yo
pensé que los días hablarían, y los muchos años enseñarían sabiduría. Pero hay
un espíritu en el hombre, y el soplo del Todopoderoso le da entendimiento. Los
de muchos años quizá no sean sabios, ni los ancianos entiendan justicia."
En estos tiempos del texto era
habitual que las personas mayores no solo fueran respetadas sino incluso algo
cercano a la idolatrización, el respeto era muy grande y la prueba está en que
hasta que no se han narrado 30 capítulos, más de la mitad del libro, Eliú no ha
aparecido, pero ahora va a hablar, después de ver que aquellos que siendo
ancianos no tenían la sabiduría necesaria, empieza su discurso para confrontar
tanto a los amigos de Job, como al mismo Job que ha estado hasta ahora justificándose.
Nadie tomaría en cuenta estas
palabras, pero Eliú reconoce que su conocimiento y sabiduría, siendo joven no
viene de su intelecto o conocimiento, sino directamente de Dios. Llevar muchos
años en la iglesia no debiera hacernos creer demasiado sabios, en ocasiones se
puede despreciar a algún joven por su edad, pero no debemos olvidar algo
importante, el conocimiento, aunque tiene parte de nuestro esfuerzo, no
proviene de nuestro intelecto, sino de la capacidad que Dios nos da para
entender. No deberíamos nunca despreciar a nadie por su edad, todo lo
contrario, valorar el hecho de que Dios llega a utilizar a aquellos que parecen
menos para su Gloria.
AP
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