Job 35 - Una batalla perdida



"¿Piensas que esto es justo? Dices: “Mi justicia es más que la de Dios.” Porque dices: “¿Qué ventaja será para ti? ¿Qué ganaré yo por no haber pecado?” Yo te daré razones, y a tus amigos contigo. Mira a los cielos y ve, contempla las nubes, son más altas que tú. Si has pecado, ¿qué logras tú contra Él? Y si tus transgresiones son muchas, ¿qué le haces? Si eres justo, ¿qué le das, o qué recibe El de tu mano?"

Cuando hace unos años jugaba a fútbol en una liga amateur nuestro equipo no era el más bueno de la liga, ni mucho menos, pero tampoco éramos el más malo. Cuando acababa la liga, empezaba otro torneo en el cual tras una ronda de partidos se dividía la liga en dos competiciones, donde los mejores se enfrentaban por un lado y los peores se enfrentaban por otro. Aun así, conforme avanzaba el campeonato un equipo del grupo de los mejores pasaba al campeonato de los equipos más débiles. Nosotros, conscientes de nuestras limitaciones buscábamos ocupar ese sitio y tener la posibilidad de luchar cada partido.

En esta vida conocer nuestras limitaciones es muy importante, básico diría yo incluso, ser consciente de hasta dónde podemos llegar nos hará tener una vida en todos los niveles de éxito. Por supuesto en ocasiones luchar por metas mayores pueden traer éxito, pero también fracaso. A nivel espiritual podemos llegar a equivocar nuestros objetivos y errar continuamente, tal y como Eliú le mostró a Job, "¿Piensas que esto es justo? Dices: “Mi justicia es más que la de Dios.” Porque dices: “¿Qué ventaja será para ti? ¿Qué ganaré yo por no haber pecado?” Yo te daré razones, y a tus amigos contigo. Mira a los cielos y ve, contempla las nubes, son más altas que tú. Si has pecado, ¿qué logras tú contra Él? Y si tus transgresiones son muchas, ¿qué le haces? Si eres justo, ¿qué le das, o qué recibe El de tu mano?"

Hay batallas a nivel espiritual que siempre serán una derrota para nosotros, creer que podemos competir o discutir con Dios es sin duda un grave error, es soberbia por nuestra parte y creer que algo que nosotros tenemos es lo suficientemente bueno para Dios es simplemente una estupidez. En nada somos nosotros superiores a Dios, en ningún aspecto podemos competir contra Él, todo lo contrario. No darnos cuenta de esto, lo único que ofrece es frustración y derrota tras derrota.

¿Podrá algún hombre justificarse ante Dios? Claramente no, más bien todo lo contrario, será un fracaso, porque cada justificación que nosotros podamos ofrecer, traerá y dejará al descubierto nuestras transgresiones. Acercarse a la luz deja visible todo lo que hay en nosotros, nada de lo que hagamos puede herirle, si hiciésemos todo bien y nos apartásemos del pecado, nada cambiaría en su esencia, por supuesto Él estaría contento de nosotros, pero no dejaría de ser el mismo Dios. Dejemos de batallar contra Dios y simplemente rindámonos ante el Todopoderoso.


AP

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