"En verdad yo sé que es así, pero ¿cómo puede un hombre ser justo
delante de Dios? Si alguno quisiera contender con El, no podría contestarle ni
una vez entre mil. Sabio de corazón y robusto de fuerzas, ¿quién le ha
desafiado sin sufrir daño?"
Se acerca la ceremonia de los
Oscars y con ella la gran fiesta del cine mundial, donde las mejores películas
americanas copan las luces y las nominaciones para varios premios. Sin duda el
nombre que centra todas las portadas es el de Leonardo di Caprio, parece que
por fin logrará la estatuilla que tanto se le resiste en los últimos años. Si
tuviese que nombrar tres cosas características de estos premios sin duda
empezaría con la estatuilla, seguiría con la alfombra roja y acabaría con la
más que famosa frase "and the winner is..." (el ganador es...). En
toda España resonó el grito de Penélope Cruz de ¡¡PEDRO!! al lograr Pedro Almodóvar
el Oscar a mejor película extranjera, hace ya muchos años.
A las personas nos encanta
esto de hacer rankings, de premiar a los mejores, que destacar a una persona
por encima de otra, nos encanta hacer esto, pero nos gusta más aun recibirlo
nosotros, a todos nos gusta que se nos reconozca nuestro trabajo y que todos
vean lo buenos y lo bien que hacemos las cosas. Todos queremos ganar y triunfar
en la vida, pero no siempre se puede lograr este objetivo, ante esto
encontramos muy coherentemente las palabras de Job "En verdad yo sé que es así, pero ¿cómo puede un hombre ser justo
delante de Dios? Si alguno quisiera contender con El, no podría contestarle ni
una vez entre mil. Sabio de corazón y robusto de fuerzas, ¿quién le ha
desafiado sin sufrir daño?"
Entender que la voluntad de
Dios es perfecta, es comprender que Dios siempre será el ganador, que por mucho
que el hombre se esfuerce, sus fuerzas serán en vano, flaqueará y fracasará. Ir
en contra de la voluntad divina nos provee de un fracaso asegurado, ¿acaso se
equivocará Dios en sus designios? ¿Habrá algún hombre que pueda discutir con Él
y salir victorioso? Dios tuerce la voluntad del hombre más poderoso, como
sucedió con Faraón, a Dios le importa más su gloria que la vida de cualquier
hombre, su propio nombre es el primer y mayor amor de Dios, es el motor de sus
acciones y designios.
Dios hace todo por amor de su
nombre y alabanza de su gloria. "En él asimismo tuvimos herencia, habiendo
sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el
designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria,
nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros,
habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida,
para alabanza de su gloria." Que necio es pensar que el hombre sea algo en
referencia a Dios, creer que sus designios puedan variar por una situación
humana. Dejemos de contender con Dios, de reclamarle y creer que Él es nuestro
siervo, simplemente caminemos en su voluntad, amemos su santidad y busquemos su
rostro diariamente.
AP
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