1ª Juan 1:8-10 - Eres hijo de Dios porque reconoces tu pecado



"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso y palabra no está en nosotros."

Escuché en una ocasión de un hombre que fue llevado a juicio por un robo, habían pasado varios años y este hombre había cambiado mucho, había pasado de ser un delincuente a convertirse en alguien totalmente diferente, había conocido a Cristo, y se había producido un verdadero cambio en su interior. Llegó el juicio y las pruebas que habían no eran suficiente para condenarle, este hombre, al ser preguntado únicamente debía decir que no lo había hecho y se libraría de entrar en la cárcel. al ser preguntado tuvo un dilema acerca de su respuesta, decir que no y salvarse o reconocer su error y entrar en la cárcel. Este hombre, cambiado por completo no pudo negarlo, prefería entrar en la cárcel que ofender y desobedecer a Dios.

Sin duda este es un ejemplo de rectitud y de una manera correcta de hacer las cosas, la evidencia de que era un hombre nuevo, alguien capaz de aceptar las consecuencias de sus errores y no solo eso, sino de reconocerlos públicamente. Este es el primer paso para el arrepentimiento, pero en cambio "si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso y palabra no está en nosotros."

El arrepentimiento comienza con la confesión, no puede haber arrepentimiento en nuestro corazón si no hay confesión de las transgresiones que hemos realizado. La falta de arrepentimiento es rebeldía, cuando nos negamos a reconocer nuestras maldades estamos diciendo que no hemos pecado y esto entra en un conflicto constante con Dios, porque Dios ha dicho que "por cuanto todos pecaron están destituidos de la Gloria de Dios", por lo que le hacemos a Él mentiroso, porque de una misma situación, diciendo lo opuesto, uno no dice la verdad, y desde luego ese no es Dios.

Pero hay esperanza, para que nuestro gozo sea completo, su dejamos de engañarnos a nosotros, si abrazamos la verdad, si reconocemos nuestros pecados y los confesamos a Dios (no a ninguna persona, únicamente a Dios) Él será fiel para perdonarnos, su sangre pagará el precio de nuestro pecado ante el Padre, nos limpiará y nos perdonará, hará que nuestro corazón vuelva a estar limpio. Un cristiano se le caracteriza por un espíritu de arrepentimiento, se pasa el día pidiendo perdón a Dios porque peca y le duele pecar. Para que tu gozo sea completo debes seguir arrepintiéndote, reconociendo tu pecado y será evidente que eres hijo de Dios.


AP

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