"Porque éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que
nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano.
¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano
justas. Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. Nosotros
sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que
no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano
es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en
él."
Si hacemos memoria cinematográfica
y pensamos en películas juveniles de instituto, es fácil recordar algún
personaje que era el centro de las burlas de sus compañeros, ya sea porque
viste diferente, porque sus gustos no tienen nada que ver con el resto o
simplemente porque es débil. Estas personas son el fruto de las burlas, hasta
que un día se cansan de la situación y cambian, compran ropa nueva y empiezan a
dejar su estilo de vida bueno para convertirse en uno de los gamberros de la
escuela.
Esta historia que puede llegar
a parecer casi imposible en nuestros tiempos, en realidad no es tan imposible,
es el mensaje que la televisión, los medios de comunicación y la presión mediática
promueve el que el diferente se una al grupo. En esto Juan también tiene algo
que decir, "porque éste es el
mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No
como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató?
Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos míos, no os
extrañéis si el mundo os aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte
a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en
muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún
homicida tiene vida eterna permanente en él."
Esto hace que una pregunta
surja, ¿deben los cristianos actualizarse para promover mejor el evangelio?
Debemos partir de la idea que el evangelio no ha propuesto nunca un atuendo o
estilo de vestir, la cultura siempre ha sido importante, hay algunas ramas
radicales que si imponen como se debe llevar la barba por ejemplo. La Biblia no
nos da una ropa determinada, pero sí que nos dice que seamos discretos, lo que
debe llamar la atención de nosotros no es nuestro físico, es nuestro corazón y
el corazón del hijo de Dios es de amor a todos, a los populares y a los marginados,
Cristo fue a ambos grupos y así debiéramos hacer nosotros.
Aunque es cierto que es difícil,
si te juntas con los marginados acabarás marginado, si no actúas como los
populares, acabarás marginado, podemos poner la mano en el fuego que si actúas
como cualquier persona serás aceptado, pero sí en cambio actúas como cristiano
chocarás con lo que te rodean y acabarás apartado. Es una mentira que los hijos
de Dios puedan integrarse en el mundo, porque el mundo hará cosas que tú no
harás, porque hablarán de cosas que tú no hablarás, porque lo que el mundo ama
es contrario a lo que Dios ama y a lo que nosotros debiéramos amar. Nuestro
gozo debe contemplarse cuando a causa de Cristo somos perseguidos y dejados de
lado.
AP
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