"Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al
Hijo, el Salvador del mundo. Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de
Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el
amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en
amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha perfeccionado el amor en
nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es,
así somos nosotros en este mundo."
Las buenas noticias son para
contarlas, lograr acabar una carrera universitaria, conseguir un mejor trabajo,
comprarse un piso o simplemente lograr un éxito es motivo suficiente para
compartir con aquellos a quienes queremos. Es más, es probable que no si nos
enteramos que alguien a quien nosotros queremos, recibe algo bueno y no lo
comparte con nosotros, podemos llegar incluso a decepcionarnos. Es fantástico
compartir con otros lo bueno que nos pasa, poder reír y disfrutar juntos de la
vida.
Contamos cuando ocurre algo
bueno en nosotros a nivel secular, explicamos a los demás cristianos cuando
algo espiritual ocurre, pero dejamos de compartir lo que Dios ha hecho en
nuestras vidas con otros que no creen como nosotros. ¿Debemos hablar de Dios a
otros? "Y nosotros hemos visto y
testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. Todo aquel
que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros.
Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. En
esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el
día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo."
¿Porque nos callamos las
buenas noticias? Más que buenas me atrevería a decir las mejores cosas que nos
han podido pasar. Tengo compañeros que no dudan en hablar de lo maravilloso que
es el yoga, la meditación, los estiramientos que hacen y la astrología y la
lectura de cartas del tarot. Escucho hablar de clases de body pump, body kombat
y otras modalidades de clases de gimnasio que me gustaría practicar, escucho de
series, películas o videojuegos y me llama la atención y yo simplemente oculto
la mejor noticia del mundo que "el
Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. Todo aquel que confiese que
Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios."
Las primeras cosas no me
llaman la atención, es más huyo de ellas, no quiero abrir puertas espirituales
que me traigan problemas, lo demás me llama la atención, los beneficios que
tienen y mientras me guardo la mejor noticia que debería darles a mis
compañeros. Ponemos las excusas de la vergüenza, de que no valemos, que nos van
a rechazar, pero tras estas promesa, la realidad es que hemos dejado de creer
que Dios puede transformar un corazón, que Cristo es el que reconcilia en la
cruz a los enemigos con Dios, hemos dejado de creer que Dios hoy sigue siendo
poderoso y que "la fe viene por el
oír, por el oír la palabra de Dios". Hemos olvidado el poder del
evangelio. Llegará el día en que estemos ante el juez y aquellos digan, ellos
no nos avisaron, no nos dieron la mejor noticia que podían darnos. ¿Cuánto más
estaremos sin testificar de Cristo? El gozo de Dios se completa cuando
compartimos aquello que ha cambiado nuestras vidas por completo.
AP
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