1ª Juan 4:18-21 – Eres Hijo de Dios porque no temes



"En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano."

En el año 1735 Juan Wesley viajó desde Inglaterra a Colonia de Georgia en las Américas.  En medio del Atlántico el buque encontró una tempestad que puso en peligro la vida de los tripulantes y de los pasajeros.  Juan Wesley se encerró en su cuarto; pero allí pudo oír el canto de un grupo de moravos que, no teniendo recursos que quedarse en la cubierta y sufrir la furia de la tempestad.  Después el señor Wesley preguntó a uno de los moravos cómo ellos y sus niños podían cantar en circunstancias tan terribles.  El moravo le contestó con una pregunta: “Señor Wesley, ¿conoce usted a Jesucristo? Para el creyente Jesús echa fuera el temor”.

Esta fue una gran respuesta sin duda, Jesús es la imagen más perfecta sin lugar a dudas del amor, "en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano."

El amor que Cristo ofrece no simplemente ofrece afecto, no es un simple sentimiento, sus efectos secundarios van mucho más allá de lo que podemos  llegar a imaginar. El temor desaparece, su amor trae certeza y seguridad, perfecciona al que ha sido amado. Su amor no es un amor natural, es sobrenatural. Al igual que el niño puede dormir tranquilo porque su padre está a su lado, el amor de Cristo consuela y calma el alma de que está cargado, del que esta triste, del temeroso y trae consciencia y convicción de seguridad.

Y esta seguridad produce amor hacia los demás, es de hipócritas decir que amamos a Dios, a quien no vemos y en muchas ocasiones no comprendemos si no amamos a aquellos que nos rodean, a aquellos que no hieren, a los que nos hacen sufrir, aquel que dice amar a Dios pero no ama a su hermano es mentiroso, la verdad no está en Él. El gozo se completa cuando amamos a los demás, no por nosotros, sino porque el amor de Dios que hemos recibidos nos perfecciona y completa.


AP

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