Job 40 - La mejor actitud de adoración



"Entonces Job respondió al Señor y dijo: He aquí, yo soy insignificante: ¿qué puedo yo responderte? Mi mano pongo sobre la boca. Una vez he hablado, y no responderé; aun dos veces, y no añadiré más."

El espaldarazo es una ceremonia para otorgar título de caballero que puede tomar muchas formas, incluyendo, por ejemplo, el toque con la parte plana de una espada en el hombro de un candidato o un abrazo en el cuello. El ejemplo del "caballero electo", se arrodilla frente al monarca en un taburete de caballero cuando se realiza la ceremonia. En primer lugar, el monarca coloca la parte plana de la hoja de la espada en el hombro derecho del galardonado. A continuación, levanta la espada sólo ligeramente por encima de la cabeza del aprendiz y la coloca luego sobre el hombro izquierdo. Entonces el nuevo caballero se levanta después de haber sido promovido y el rey o la reina le presenta con la insignia de la Orden a la que ha sido incorporado.

Esta ceremonia demuestra dos cosas, la valía del hombre que va a ser caballero y el poder y el respeto hacia el rey al dar el honor a la persona, y la adoración con el futuro caballero arrodillado ante el rey. En la época medieval era normal que los reyes fuesen adorados, eran los más poderosos y todos les rendían tributo. Job con sus palabras adoró a Dios, "entonces Job respondió al Señor y dijo: He aquí, yo soy insignificante: ¿qué puedo yo responderte? Mi mano pongo sobre la boca. Una vez he hablado, y no responderé; aun dos veces, y no añadiré más."

La mejor manera que podemos encontrar para adorar a Dios en muchas ocasiones es simplemente la de cerrar la boca, la de no contender contra Dios, la de simplemente callar y no enfrentarnos, reconocer nuestra inferioridad, nuestra pequeñez, no hay más que estar ante Dios, callar y dejarle hablar, arrodillar nuestros corazones ante el Rey y dejar que Él sea el que nos instruya, el que nos prepare, el que nos unja y nos nombre lo que Él nos quiera nombrar.

La adoración es obediencia, ser capaz de darlo todo sin excepción y ponerlo ante el Rey, acercarse a Dios en actitud de humillación y reverencia, honrar su nombre en todo momento y hacerlo todo para su gloria. No existe mejor adoración que esta, por mucho que queramos ofrecerle, por más obras, no servirá de nada si el objetivo no es que Él reciba la gloria. Adoptemos un estilo de vida de adoración, convirtámonos en "adoradores que le adoran en espíritu y en verdad", callemos y no abramos nuestra boca, glorifiquemos su nombre y simplemente vivamos para Él.


AP

Comentarios