1ª Juan 5:16-18 - Eres hijo de Dios porque intercedes por tu hermano



"Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte. Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca."

El amor se demuestra en la preocupación, no sería lógico decir que amamos a una persona y al ver que está pasando un mal momento no apoyarle, no tendría sentido amar a alguien y al ver que hace algo incorrecto no correr en su auxilio. Esta es la máxima de cualquier padre, si su hijo se equivoca le corregirá, si está en peligro le auxiliará y si no puede hacer nada para ayudarle buscará ayuda externa, pero sin duda, su amor le impedirá permanecer impasible, tomará cartas en el asunto.

Juan durante toda su carta lanza un mensaje claro y una unión perfecta entre ser hijo de Dios y amar a los demás, a veces de forma implícita y otras explícita, en este caso también lanza un mensaje, "si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte. Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca."

La intercesión es parte fundamental de la vida de oración del creyente, la oración no es el medio únicamente de comunión íntima con Dios, aunque sí que una parte importante lo es, sino que la oración es literalmente llevar a otros ante Dios, exactamente igual que aquellos tres amigos hicieron con el paralítico que llevaron ante Jesús por el tejado de la casa donde se encontraba. Esto es intercesión.

¿Debo interceder por otros? Esta pregunta es legítima y fácil de contestar, debemos hacerlo. En la vida vemos a muchos pecar, a muchos que caen en pecado, toda la Biblia enseña la importancia de la confrontación con el pecado y como debemos hacerlo, pero Juan, complementa el concepto hablando de intercesión. Si ves que tu hermano peca no hace falta que lo divulgues, ora por él, si ves que está haciendo cosas erróneas preséntalo en el trono de la gracia, nadie más se tiene que enterar, solo Dios. Nuestro gozo se completa cuando intercedemos por los demás, cuando lo hacemos según la voluntad de Dios y por medio de las oraciones Dios obra y restaura al pecador.


AP

Comentarios