"Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte,
pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de
muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. Toda
injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte. Sabemos que todo aquel que
ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por
Dios le guarda, y el maligno no le toca."
El amor se demuestra en la
preocupación, no sería lógico decir que amamos a una persona y al ver que está
pasando un mal momento no apoyarle, no tendría sentido amar a alguien y al ver
que hace algo incorrecto no correr en su auxilio. Esta es la máxima de
cualquier padre, si su hijo se equivoca le corregirá, si está en peligro le
auxiliará y si no puede hacer nada para ayudarle buscará ayuda externa, pero
sin duda, su amor le impedirá permanecer impasible, tomará cartas en el asunto.
Juan durante toda su carta
lanza un mensaje claro y una unión perfecta entre ser hijo de Dios y amar a los
demás, a veces de forma implícita y otras explícita, en este caso también lanza
un mensaje, "si alguno viere a su
hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto
es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por
el cual yo no digo que se pida. Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no
de muerte. Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado,
pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le
toca."
La intercesión es parte
fundamental de la vida de oración del creyente, la oración no es el medio únicamente
de comunión íntima con Dios, aunque sí que una parte importante lo es, sino que
la oración es literalmente llevar a otros ante Dios, exactamente igual que
aquellos tres amigos hicieron con el paralítico que llevaron ante Jesús por el
tejado de la casa donde se encontraba. Esto es intercesión.
¿Debo interceder por otros?
Esta pregunta es legítima y fácil de contestar, debemos hacerlo. En la vida
vemos a muchos pecar, a muchos que caen en pecado, toda la Biblia enseña la
importancia de la confrontación con el pecado y como debemos hacerlo, pero
Juan, complementa el concepto hablando de intercesión. Si ves que tu hermano
peca no hace falta que lo divulgues, ora por él, si ves que está haciendo cosas
erróneas preséntalo en el trono de la gracia, nadie más se tiene que enterar,
solo Dios. Nuestro gozo se completa cuando intercedemos por los demás, cuando
lo hacemos según la voluntad de Dios y por medio de las oraciones Dios obra y
restaura al pecador.
AP
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