Filemon 1:1-7 - La consecuencia del buen trabajo

"Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo: A Filemón nuestro amado hermano y colaborador, y a la hermana Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre, haciendo mención de ti en mis oraciones, porque oigo de tu amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús y hacia todos los santos; y ruego que la comunión de tu fe llegue a ser eficaz por el conocimiento de todo lo bueno que hay en vosotros mediante Cristo. Pues he llegado a tener mucho gozo y consuelo en tu amor, porque los corazones de los santos han sido confortados por ti, hermano."

La opinión que los demás tienen de nosotros sin duda es algo importante, queramos o no a todos nos importa lo que de nosotros piensan nuestros amigos, familiares, compañeros, etc. Sus opiniones tienen afectación directa en lo que hacemos y por más que queramos engañarnos y decir que no nos importa, en mayor o menor medida causa en nosotros una reacción, necesitamos sentirnos bien valorados por los demás y que piensen bien de nosotros. Pero no nos equivoquemos tampoco, la opinión que puedan tener de nosotros es directamente proporcional no nuestros hechos y nuestros actos, lo que hacemos sin duda afecta a la opinión de otros.

Filemón era alguien que causaba una buena impresión, así lo demuestra Pablo, "Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo: A Filemón nuestro amado hermano y colaborador, y a la hermana Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre, haciendo mención de ti en mis oraciones, porque oigo de tu amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús y hacia todos los santos; y ruego que la comunión de tu fe llegue a ser eficaz por el conocimiento de todo lo bueno que hay en vosotros mediante Cristo. Pues he llegado a tener mucho gozo y consuelo en tu amor, porque los corazones de los santos han sido confortados por ti, hermano."

Vemos que Pablo muestra su admiración hacia Filemón y lo primero que hace es dar gracias a Dios por el trabajo y la labor de Filemón, porque estaba siendo de provecho para el evangelio por su amor y fe a Dios y esto estaba afectando al resto de hermanos. Esto de Pablo nos enseña algo, debemos dar gracias a Dios por el trabajo en la fe y en el evangelio de los demás, de pastores, evangelistas, obreros, ancianos, misioneros, diáconos, por todos aquellos que propagan y mantienen vivo el evangelio hoy en día.

Esto que estaba pasando con Filemón no era casualidad, ni Pablo estaba intentando hacerle la pelota, sino que Filemón, con su vida y su forma de ser, en cierta manera se había ganado estos halagos, no porque él los estuviese buscando ni mucho menos, sino porque Filemón era alguien activo y que ante todo buscaba agradar a Dios y trabajar en su obra. ¿Qué halagos recibimos nosotros? ¿Para quién estamos trabajando? ¿Son nuestras obras objeto de alabanza a Dios o buscamos ser nosotros alabados? Que importante es trabajar para que Cristo sea el glorificado, y sin duda esto provocará que aquellos que aman el evangelio, nos admiren, no por nosotros, sino porque Cristo es glorificado.

AP


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