"Y ellas alzaron sus voces y lloraron
otra vez; y Orfa besó a su suegra, pero Rut se quedó con ella. Entonces Noemí
dijo: Mira, tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses; vuelve tras tu
cuñada. Pero Rut dijo: No insistas que te deje o que deje de seguirte; porque
adonde tú vayas, iré yo, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y
tu Dios mi Dios. Donde tú mueras, allí moriré, y allí seré sepultada. Así haga
el Señor conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa. Al ver
Noemí que Rut estaba decidida a ir con ella, no le insistió más."
El concepto gracia es uno de los
más utilizados para hablar acerca de la salvación, pero también es bastante
ambiguo. Entendemos por gracia el hecho de dar un regalo inmerecido a otra
persona y la gracia tiene algunas características, al ser inmerecido no puede
ser reclamado, nadie puede recriminar a otra persona que no haya tenido gracia
con ella, pero no solo esto, la gracia también es libre, es decir, aquel que
tiene gracia con otro es libre de tener gracia o no tenerla.
La historia de Noemí y de Rut
surge en un momento de una gran crisis espiritual en Israel, en el tiempo en
que cada uno hacía lo que bien le parecía y así hizo Elimelec, desobedeció la
ley de Dios y se fue a vivir a Moab, donde él y sus hijos murieron y de vuelta
encontramos una conversación entre Rut y su suegra Noemí. "Y ellas alzaron sus voces y lloraron
otra vez; y Orfa besó a su suegra, pero Rut se quedó con ella. Entonces Noemí
dijo: Mira, tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses; vuelve tras tu
cuñada. Pero Rut dijo: No insistas que te deje o que deje de seguirte; porque
adonde tú vayas, iré yo, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y
tu Dios mi Dios. Donde tú mueras, allí moriré, y allí seré sepultada. Así haga
el Señor conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa. Al ver
Noemí que Rut estaba decidida a ir con ella, no le insistió más."
La ley declaraba que cualquier
mujer cuyo marido muriera quedaba libre de su contrato matrimonial y por lo
tanto libre de casarse con otro hombre y sin cometer adulterio. Ante esta
realidad así actuó Orfa, aunque con dolor en su corazón por abandonar a Noemí,
volvió a su casa, con su familia, con sus dioses paganos y en busca de una
buena vida. Así es la ley, en ocasiones nos llena de derechos, pero acaba
trayendo tristeza, cuando únicamente nos regimos por normas y además forzamos a
otros a cumplirlas lo que acaba sucediendo es que nos aleja de Dios y nos vamos
tras otros dioses.
En cambio en el otro extremo
tenemos a Rut, en la misma tesitura que Orfa, la ley le daba libertad para
irse, pero ella en cambio decide tener gracia con su suegra y acompañarle, en
Rut hay una conversión. En toda esta historia de este capítulo, nosotros somos
Noemí, personas desdichadas, desobedientes a Dios y sin ningún futuro, y Rut
nos enseña las riquezas de Cristo; mientras la ley decía que debíamos ser
abandonados como Noemí, Cristo tuvo gracia de nosotros y nos salvó, la ley nos
condenaba, pero Él quiso darnos vida y rescatarnos. Para Noemí la gracia le dio
vida y a cada uno de los que somos Hijos de Dios la gracia nos ha rescatado,
transformado y salvado. La gracia siempre vencerá a la ley, en la cruz
encontramos esa victoria.
AP
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