Salmo 119:121-128 - La palabra que debe ser entendida



"Juicio y justicia he hecho; No me abandones a mis opresores. Afianza a tu siervo para bien; No permitas que los soberbios me opriman. Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia. Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos. Tu siervo soy yo, dame entendimiento Para conocer tus testimonios. Tiempo es de actuar, oh Jehová, Porque han invalidado tu ley. Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro. Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas, Y aborrecí todo camino de mentira."

La vida del estudiante es una vida de continuo esfuerzo y sacrificio, aquel que quiere llegar a sacar una carrera y con buenas notas necesita dedicar de su tiempo para entender, comprender, aprender y memorizar lo necesario no solo para aprobar el examen, sino para que en el momento que se empiece a trabajar se pueda poner en práctica. El estudiante no debería tener como simple objetivo aprobar, aprender y entender debe ser el objetivo a alcanzar.

Exactamente lo mismo ocurre con la Palabra y la ley de Dios, "juicio y justicia he hecho; No me abandones a mis opresores. Afianza a tu siervo para bien; No permitas que los soberbios me opriman. Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia. Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos. Tu siervo soy yo, dame entendimiento Para conocer tus testimonios. Tiempo es de actuar, oh Jehová, Porque han invalidado tu ley. Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro. Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas, Y aborrecí todo camino de mentira."

Aquel que se acerque a la Biblia como un libro del cual adquirir conocimiento intelectual o competitivo fracasará en su intento, no logrará nada positivo ni mucho menos, todo lo contrario, perderá la oportunidad que el carácter transformador de la Biblia actúe en él, al menos si lo hace será a pesar de él. La Biblia no es un libro para adquirir conocimiento, es un libro para entender quien es Dios, como es Dios, cuales son los deseos y anhelos de Dios, su plan y todo lo que tiene que ver con Dios y como Dios se ha relacionado con el hombre.

Estos factores deben ser entendidos, asimilados y puestos en perspectiva, el que se acerca a la Biblia debe ir hambriento y sediento, debe estar muriendo de hambre y sed e tomarla como si su vida fuese en ello, buscando entender y conocer al Todopoderoso, al autor de la vida, al Dios omnipotente, al Señor de la Creación. Comprender que el tema central de cada libro es mostrarnos a Jesucristo y las riquezas de su gloria. Acércate hoy a la Palabra con la actitud de conocer a Cristo de gozarte en sus mandamientos para comprender su carácter y que tu alma se alegre en la Palabra de verdad.

AP


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